Con todo lo que hablamos de Internet de las Cosas y de Big Data, a veces perdemos de vista un tema muy importante como lo es el del almacenamiento. Si ya estamos generando cantidades de datos ingentes cada año, en cuanto los dispositivos IoT estén en todos los hogares y sean algo masivo, la generación de datos crecerá de manera exponencial y cada vez más rápido.
Algunas estimaciones apuntan a que, terminando 2019, generaremos más de 500 zettabytes de datos solo con los dispositivos IoT por año (literalmente trillones de GB). ¿Dónde almacenar tal cantidad de datos? Los dispositivos de almacenamiento masivo seguirán siendo útiles, pero ¿qué sucederá cuando sea físicamente imposible generar más espacio? ¿Llegaremos a desarrollar completamente la tecnología para almacenar datos en el ADN?
Otro área en la que habrá un desarrollo importante de soluciones es la de las comunicaciones entre los dispositivos IoT, los dispositivos y las redes, y también con los servidores. Dada la disparidad de dispositivos y las diferentes tecnologías empleadas, la riqueza de nuevos protocolos de comunicaciones será enorme y asistiremos a un refinamiento continuado en cuanto a prestaciones, eficiencia y seguridad.
Este es otro tema candente, el de la seguridad. Sabemos que existen amenazas muy vigentes hoy, en pleno 2018, a los dispositivos IoT. Existen decenas de puntos de exploit, vulnerabilidades, fallos y errores en los protocolos. En el futuro a corto plazo serán necesarios profesionales expertos en esta nueva seguridad que, en el fondo, no es tan nueva, pero sí que va a explotar demográficamente hablando.
En los hogares, la seguridad también es un punto candente de atención gracias a los nuevos dispositivos IoT y a la automatización de procesos. Gracias a las redes 5G será viable hacer estas tecnologías accesibles al gran público que, por defecto (sin menospreciar a nadie, que conste), suele poner menos atención en tareas de seguridad. Tampoco es todo tan malo, puesto que cada vez hay más sistemas domóticos o automatizados que cuentan con una buena seguridad.
Sin duda, el mayor reto del desembarco masivo de los dispositivos IoT será el procesamiento de los datos. Hablamos de técnicas de Big Data, claro, pero es que no solo va a aumentar el volumen de datos generados por unidad de tiempo, sino que las métricas (el “qué medimos”) también se multiplicarán de manera exponencial. Será más importante saber determinar qué se va a medir que cómo se va a hacer. La relevancia, y el reto, estará en entender qué es lo que es más importante y, por tanto, qué debemos monitorizar y analizar.
El mayor reto del desembarco masivo de los dispositivos #IoT será el procesamiento de los #datos Share on XSe acerca una época en la que deberemos empezar a asumir que no vamos a poder saberlo todo, ni procesarlo todo, ni tan siquiera registrarlo todo. Esta es una nueva era del conocimiento en la que, muy posiblemente, debamos apoyarnos en las máquinas (entendiéndose como sistemas basados en machine learning) para que hagan la mayor parte del trabajo de selección y filtrado previos, de manera que nosotros, humanos, nos encarguemos de trabajar con material útil. Quizás sea mucho confiar en la capacidad de los algoritmos de machine learning, pero cuando los datos generados cada año nos metan en aprietos de almacenamiento, los humanos tendremos que empezar a delegar en las máquinas.
Deja tu comentario sobre "¿En qué influirá el despegue del IoT en el terreno del Big Data?"