Uno de los elementos fundamentales a la hora de asegurarse la óptima respuesta de las empresas a los cambios está en comprender hacia dónde irán las cosas. Adelantarse es clave para no sufrir las consecuencias de no estar lo suficientemente preparados. Sin embargo, no siempre es sencillo. «Los líderes de infraestructuras y operaciones tienen poco tiempo, skills y presupuesto para seguir las tendencias emergentes y el impacto completo que tendrán», apunta Jeffrey Hewitt, vicepresidente analista en Gartner.
Comprender qué trae el futuro —especialmente el inmediato— es muy necesario. Las proyecciones tecnológicas para 2024 ayudan a visualizar en qué áreas hay que concentrar esfuerzos, detectar posibles vulnerabilidades pero también fortalezas o comprender qué herramientas serán más necesarias todavía en estos meses de lo que lo fueron en los que acaban de terminar.
Para entender hacia dónde irán las cosas durante este año, el análisis de tendencias en infraestructura IT de Gartner y el de proyecciones tecnológicas de IEBS sirven como base para perfilar qué se avecina.
Las novedades que sigue aportando la IA
La inteligencia artificial seguirá aportando nuevas facetas: su impacto en la estrategia IT vía novedades está lejos de haberse terminado. De hecho, el análisis de IEBS apunta que este será el año de su consolidación como tendencia tecnológica. La lista de lo que se puede esperar durante 2024 de Gartner es bastante ecléctica y confirma, con todo, que los CIOs deberán seguir pendientes de esta tecnología durante mucho tiempo. El tirón de la democratización de la IA generativa se mantendrá tras su boom de 2023, lo que llevará a que más empresas prueben a trabajar con ella.
En 2024, la IA seguirá abriendo nuevas oportunidades. Gartner habla de la emergencia de los «machine customers», los compradores máquina. Son «actores no humanos» que, en resumidas cuentas, adquieren productos y servicios. Su peso irá en aumento en los próximos años y en 2027, estima la consultora, el 50% de los consumidores en las economías desarrolladas contará con un asistente IA que hará compras por ellos.
Seguridad
Uno de los campos en los que la IA será clave es en la seguridad, ya que ayudará en su gestión y la detección de riesgos. No estará sola, puesto que la gestión de riesgos es una de las grandes preocupaciones corporativas. Una de las tendencias para este año es la apuesta por programas Continuous Threat Exposure Management (CTEM), una opción de seguridad integrada que abre más perspectivas para entender vulnerabilidades.
La fuerza laboral
La esencia de las empresas sigue siendo quienes trabajan en ellas. La fuerza laboral continuará siendo protagonista de los cambios, que estarán muy conectados a las grandes tendencias tecnológicas ya mencionadas. Gartner habla de cómo la tecnología permitirá que se trabaje con una plantilla conectada-aumentada: eso es, en la que los servicios IT ayuden a que el personal brille, desarrolle aquellas capacidades que mejor encajan (y en las que son mejores) y gane en bienestar.
Por supuesto, la IA seguirá cambiando también cómo se trabaja. Aunque se haya estado hablando de ello durante los últimos años —y viendo qué cambios implica— este será también el año de la automatización y la robótica, que irán ganando peso y se convertirán en mucho más fundamentales en la operativa diaria.
Los riesgos de la geopolítica
Igualmente, el contexto —por muy ajeno que pueda parecer a la tecnología— también impacta en las infraestructuras IT de las organizaciones. Así, Gartner apunta a que las tensiones en el choque entre nacionalismo contra globalismo pueden cambiar los panoramas tecnológicos, al impulsar el uso de más tecnologías propias y una mejor dependencia de las de terceros países. En resumidas cuentas, se seguirá hablando —y mucho— de cuestiones como la soberanía digital.
Quizás, se podría incluir aquí también un elemento básico, el de la ética de la tecnología. Es una cuestión cada vez más presente, ya que el crecimiento de la inteligencia artificial ha hecho sus problemas más visibles.
Sostenibilidad y transición verde
Y no menos importante será este año la huella de la infraestructura IT. La transición verde es una de las tendencias vehiculares de la década. Convertirse en más sostenibles es fundamental para afrontar la emergencia climática y la tecnología tiene un papel claro a la hora de lograrlo.
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