La tecnología 5G está a punto de ser comercialmente viable. Ya no queda nada para que llegue al gran público, pero como suele suceder cuando se habla de tecnología y, más en concreto, de telefonía o de ondas electromagnéticas, los bulos y los mitos proliferan y se extienden rápidamente.
Para empezar, diremos que 5G es una nueva generación del estándar de comunicaciones móviles caracterizada por muy altas velocidades de transmisión (entre 1 Gbps y 10 Gbps), muy baja latencia (entre 1 ms y 5 ms), un consumo energético mínimo, y opciones de seguridad y privacidad muy mejoradas.
Por decirlo así, la tecnología 5G no es una evolución del 4G que ya conocemos, sino que es algo más. La red móvil cambia de manera sustancial, y las antenas actuales no servirán, dicho de manera general, para implantar 5G. La banda de frecuencias asignada a esta nueva tecnología va desde los 600 MHz a los 50 GHz, aunque en teoría se podría ir hasta 300 GHz.
Esta tecnología se aproxima a la de las redes WiFi, y por tanto, las ondas milimétricas que transportarán la información se encontrarán obstáculos insalvables en las ciudades. Se necesitarán muchos «repetidores» cerca del suelo y en cualquier punto susceptible de tener alta demanda de conexiones.
Ni la WiFi, ni los móviles, ni la tecnología 5G provocan cáncer
No hay ni una sola evidencia científica que permita asegurar que las ondas de los móviles o el WiFi causen cáncer. Este tema, que regresa una y otra vez, se rebate de la misma manera siempre: no existe evidencia. Es verdad que estas afirmaciones pueden sugerir a algunas personas que «hay algo oculto» que no se cuenta, pero así es el método científico.
La mejor manera de entender cómo funcionará 5G es acudir a los expertos, en este caso Alberto Nájera en declaraciones para la web Maldita.es:
El 5G dirigirá muchísimo mejor la radiación de punto a punto. En vez de inundarlo todo con radiación como hace la radio, el móvil, cuando necesite cobertura, buscará el mejor camino para dirigir el haz.
Las pequeñas antenas emitirán radiación a una potencia mucho menor de lo que lo hacen las antenas actuales 4G, por un lado, y por otro serán comunicaciones más dirigidas hacia los dispositivos, en lugar de cubrir una zona amplia.
Para hablar de posibles efectos adversos sobre la salud, debemos hablar de la potencia emitida y la potencia recibida por el cuerpo humano. Para hacernos una idea, «mientras los niveles de radiación del wifi y 4G están el 0,025% del nivel máximo permitido, en las pruebas piloto el 5G está dando 0,012%, la mitad que la tecnología actual».
Esto quiere decir que la nueva tecnología 5G nos traerá más antenas, más pequeñas y menos potentes —con un menor radio de cobertura—. De lo que estamos seguros es de que ni la WiFi, ni los móviles, ni el 5G nos van a provocar cáncer, ni enfermedades como el Alzheimer, la diabetes…
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