El cloud computing supuso con su llegada una revolución, abrió muchísimas posibilidades a particulares y empresas y es hoy en día imprescindible para funcionar en el mundo. Sin embargo, como sabe cualquiera que reciba de vez en cuando notificaciones de su plataforma cloud preferida sobre el poco espacio que le queda, la nube no es infinita y no es perfecta. Esto es incluso más patente al hablar de análisis de datos, especialmente cuando la cantidad de información es muy elevada y los procesamientos complejos: hay multitud de ocasiones en las que sería mucho más práctico que los datos recogidos fueran analizados in situ sin necesidad de pasar por la nube.
Eso es precisamente lo que hace el Edge Computing, el procesamiento de datos rápido y descentralizado al borde de Internet: convierte a todos esos dispositivos que recogen datos en dispositivos realmente smart o inteligentes, ya que los procesan y analizan ellos mismos o los nodos de la propia red empresarial. Es decir, todo eso que antes ocurría lejos y en un lugar que muchas veces no controlábamos nosotros mismos, con Edge Computing ocurre en el lugar en el que lo necesitamos. Así, aumenta también la velocidad, que pasa a ofrecernos resultados en tiempo real, y se descentraliza el proceso.
¿Qué significa a nivel práctico todo esto? Un mundo de nuevas posibilidades en campos como los de la realidad virtual y la realidad aumentada, nuevas aplicaciones en el Internet de las Cosas o un impulso a las ciudades inteligentes, por nombrar solo algunos pocos. Desde la posibilidad de usar juegos de realidad aumentada como Pokémon Go a través de Internet, sin fallos y en todas partes; hasta mayor seguridad en la conducción autónoma, ya que el propio vehículo analiza y reacciona a los datos que recoge en tiempo real, disminuyendo el tiempo de reacción.
Otro campo para el que el Edge Computing es clave es el de los entornos industriales. Gracias a este procesamiento al borde de internet, los robots pueden conectarse de forma segura y operar al margen de la nube. Esto hace que sea más sencillo introducir o mejorar la tecnología operacional de ese espacio industrial y conseguir una reducción de los ciclos de desarrollo.
Los usos y las ventajas del Edge Computing, como los de la nube, son muchísimos y tremendamente adaptables. Este borde de internet no es más que un nuevo lugar que nos permite optimizar la eficacia y el funcionamiento de nuestro negocio. Como en todas las tecnologías, no obstante, es clave llegar a ellas con un proyecto claro y una idea definida de lo que se quiere conseguir.
A esto puede ayudar T-Systems. El servicio de Edge ofrecido por la empresa es integral: incluye análisis de los procesos y necesidades del cliente, identificación de oportunidades, asesoramiento y el diseño de un proyecto Edge personalizado y adaptado a lo que necesita la compañía. Y luego, por supuesto, la implementación y mantenimiento de esa tecnología Edge Computing usando siempre los métodos más avanzados y una conectividad de primera clase.
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