El refranero popular ya lo dice: más vale prevenir que curar. Este dicho, que se suele aplicar a la salud, sirve en realidad para muchísimos otros campos. El de la ciberseguridad (la seguridad en general, en realidad) es uno de los más evidentes. Teniendo en cuenta que el coste medio de los ciberataques es de 4,9 millones de dólares (y que la previsión es que en 2025 el 75 % de las compañías vaya a sufrir al menos uno), la prevención es básica. ¿Cómo conseguir estar en el 25% restante, ese que pasa el año sin que sus fronteras digitales sean vulneradas? Llevando a cabo una serie de acciones preventivas.
Una de las cosas más importantes que podemos hacer para evitar ser un blanco fácil del cibercrimen es mantener nuestros sistemas bien actualizados. Según un informe de Kaspersky, de hecho, la gran mayoría de los ciberataques exitosos usan vulnerabilidades ya algo antiguas y que hubiesen desaparecido con una simple actualización de seguridad.
Otro básico del que se habla mucho en los últimos tiempos, especialmente desde que a raíz de la pandemia se popularizó el teletrabajo, es el de la confianza cero. Su nombre ya lo explica todo: no confiar nunca en nadie cuando quiera acceder al sistema. Aunque lo haga desde un dispositivo o lugar conocido, aunque ya haya pasado una primera barrera de seguridad accediendo a otra sección. El objetivo es, por un lado, evitar abrirle el paso a un ciberataque y, por otro, si ha conseguido entrar, evitar que su mal se expanda por todo el sistema.
Esta segunda parte es importante también: de momento, no hay ninguna medida de ciberseguridad que garantice un blindaje total. Podemos reducir nuestra vulnerabilidad (una décima parte de los ciberataques son evitables, según Kaspersky), pero esto no significa que nos podamos despreocupar. Una de las características casi definitorias del cibercrimen es su rapidísima evolución y su uso de las tecnologías emergentes, por lo que en ocasiones van más rápido que las herramientas de ciberseguridad. Por esta razón, a la hora de proteger nuestras plataformas es clave también contar con sistemas para minimizar los daños si se produce una brecha de seguridad.
Para adelantarse a las ciberamenazas e intentar estar lo más preparados posible, las herramientas de seguridad avanzadas utilizan la inteligencia artificial (para, por ejemplo, identificar patrones maliciosos en tiempo real). Combinada con herramientas de automatización que optimizan tareas rutinarias manuales, la IA tiene el potencial de aumentar la seguridad de cualquier sistema.
Apostar por fin por la ciberseguridad, algo imprescindible en el panorama actual, puede al principio resultar una tarea abrumadora. Las pinceladas dadas en este texto dejan ya bastante claro que no basta con instalarse un antivirus y acordarse de actualizarlo de vez en cuando. ¿Cómo asegurarse de que adoptamos las medidas más acertadas para nuestra empresa contra las ciberamenazas? ¿Cuál es el camino para reducir las vulnerabilidades al mínimo? Desde T-Systems Iberia podemos ayudar en todo el camino: analizando los sistemas actuales de la empresa, recomendado las soluciones que mejor se ajusten a la compañía, ayudando a implementarlas y, por supuesto, haciéndoles un seguimiento y actualizándolas para no quedarse nunca atrás.
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