Aunque seguimos asociando la Revolución Industrial a lo que ocurrió a finales del siglo XVIII, lo cierto es que, técnicamente, esa fue solo la Primera Revolución Industrial. Vamos ya por la cuarta, conocida también como industria 4.0, y que se caracteriza por la llegada de la automatización, la inteligencia artificial y la digitalización a las fábricas y a todo el tejido industrial.
El sector lo sabe y lleva años invirtiendo en soluciones de este tipo. Según un estudio de Deloitte de 2022, el 86% de los fabricantes creen que las iniciativas de fábricas inteligentes o smart factory serán factores clave para mejorar su competitividad. Sin embargo, como contrapeso a las innegables ventajas de la digitalización, aparecen riesgos que no existían antes: la industria se hace vulnerable ante ciberataques. En 2023, de hecho, según Statista, el sector industrial fue el más atacado; uno de cada cuatro ciberataques tenía sus instalaciones como objetivo. Los medios están llenos de noticias acerca de lo que puede significar ser víctimas de un ciberataque. Por ejemplo, en 2023 el fabricante de semiconductores MKS Instruments sufrió uno de ransomware que provocó la pérdida de 200 millones en objetivos de ventas.
¿Significa esto que haya que dejar de invertir en la industria 4.0? Nadie duda que esa no es la respuesta: lo que hay que hacer es invertir en ciberseguridad. Pero ¿cómo debe ser esta para blindar a la industria frente a ciberataques y reducir el riesgo a mínimos? El primer paso es tener claro por dónde se cuelan los cibercriminales, es decir, qué características hacen a la industria vulnerable. Por un lado, la complejidad cada vez mayor de los sistemas, a los que se puede acceder por numerosas vías, desde multitud de dispositivos y ubicaciones, genera también muchas potenciales entradas para los ataques. Por otro, el uso de sistemas antiguos y de diferentes fabricantes supone también un riesgo.
Las políticas de confianza cero son la mejor solución: un sistema en el que, para acceder a cada nuevo espacio, deberás mostrar tus credenciales. También la microsegmentación se convierte en una estrategia muy efectiva: se trata de segmentar redes y recursos y aplicar políticas de seguridad de acuerdo con lo importante que es cada segmento. Esto, como la confianza cero, permite no solo prevenir los ataques, sino también contenerlos en caso de que se produzcan. Para evitar que la vulnerabilidad sea uno de los dispositivos conectados, las soluciones endpoint más modernas, con IA, son fundamentales. Por último, es importante revisar y actualizar con frecuencia la situación de seguridad de la empresa: llevar a cabo auditorías que detecten nuevas vulnerabilidades y estar al día de los avances en el mundo del cibercrimen, que muchas veces van por delante de la ciberseguridad.
Desde T-Systems podemos ayudar a las empresas del sector a transitar el camino de la Cuarta Revolución Industrial sin temer por su seguridad. Servicios como nuestra solución Managed Detection and Response (MDR) permiten blindar a la compañía para poder centrarse en sus objetivos de producción y negocio sin que un ciberataque, de pronto, acabe con todo.
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