Hay algo emocionante en la primera vez que se accede al autobús o al metro usando solo el teléfono móvil. Esta sencilla acción, que ya forma parte del día a día de los habitantes de muchas ciudades pero que todavía es algo inexistente en otras, es uno de los ejemplos más claros de cómo la digitalización puede cambiar el transporte público. Los usuarios pueden olvidarse de tener que acordarse de llevar siempre consigo su tarjeta de transporte, de tener que sacar la cartera del bolso o del bolsillo o, si no tienen bono, de asegurarse de que se tiene siempre cambio a mano. Una app y de pronto el smartphone abre una puerta (unos tornos) más.
Desde el punto de vista del usuario del transporte público, la digitalización significará mayor comodidad y eficiencia. Además del uso del teléfono como sustituto de la tarjeta o el billete físico, tener información actualizada en tiempo real de rutas y horarios disponibles es otro de esos servicios que ya son una realidad en muchas ciudades. Si además la red de transporte público se digitaliza totalmente y estos datos se utilizan no solo para dar información al usuario, sino para realizar cambios sobre la marcha que mejoren la fluidez y puntualidad del servicio —sustituyendo o resolviendo rápidamente cualquier vehículo o situación que puede generar un retraso, por ejemplo—, la red de transporte público logrará el que debería ser su objetivo prioritario: convertirse en la opción más cómoda y atractiva para desplazarse de un punto a otro, impulsando así la sostenibilidad en las ciudades.
Más allá de las soluciones diseñadas directamente para las personas pasajeras, la digitalización del transporte público supone pensar en todos y cada uno de sus aspectos: hay que diseñar una infraestructura digital que permita la gestión inteligente de las estaciones, el tráfico, el flujo de pasajeros y objetos, entre otros; elaborar una operación de transporte digital que permita, por ejemplo, un centro de control en el que monitorizar y dirigir toda la red con sus distintos modos de transporte (metro, autobús, tranvía…); y digitalizar también el mantenimiento, a través de modelos predictivos que se adelanten a las averías, entre otros.
Desde T-Systems, somos muy conscientes de la necesidad de llevar a cabo una digitalización exhaustiva y muy bien diseñada del transporte público, el tipo de movilidad que es imprescindible impulsar para un futuro más sostenible. Por ello, contamos ya con un porfolio de soluciones digitales que mejoran la fiabilidad, seguridad, eficiencia y sostenibilidad medioambiental de los sistemas de transporte público.
El objetivo es caminar hacia un futuro en el que recurrir al vehículo privado sea algo que solo hagas en ocasiones muy puntuales, incluso para las distancias más largas. Ciudades en las que lo más fácil sea siempre caminar, desplazarse en bici o a través de una red de transporte público extensa, eficiente y en la que cada viaje sea seguro, rápido y puntual. Gracias a la digitalización, las ciudades serán más respirables, menos ruidosas y mucho más verdes y agradables.
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