Una de las definiciones de desarrollo sostenible más citadas es la que dio en 1987 la ex primera ministra de Noruega y, en aquel entonces, presidenta de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, Gro Harlem Brundtland: «es el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas». Esto significa, por supuesto, pensar en el impacto que tienen para el planeta nuestras acciones, pero también pensar en la sostenibilidad económica, la social y la política.
Ningún sector puede quedarse al margen de intentar operar de un modo más sostenible, algo que pasa por las mismas oficinas desde las que se trabaja. ¿Cómo es una oficina sostenible? En la parte medioambiental, son espacios que priorizan las tecnologías verdes, que piensan en el impacto de los materiales utilizados o que están enfocadas a conseguir un ahorro de energía de forma inteligente. En la vertiente social, ofrecen políticas de conciliación y flexibilidad laboral para los empleados, entre otras muchas medidas.
Una de las lecciones de la sostenibilidad es que no somos entes aislados: todas nuestras acciones tienen su impacto en el ecosistema que habitamos. En el caso particular de las oficinas, pueden contribuir a una ciudad más sana y verde o a una ciudad tomada por el humo y el asfalto. Además de las emisiones de CO₂ a la atmósfera, importa también si se fomentan formas de transporte sostenible para los trabajadores (¿pueden ir en transporte público, bicicleta o a pie o la única forma de llegar es en coche?) o, por ejemplo, si pueden adaptar sus horarios, con lo que se reduce la hora punta.
El compromiso de T-Systems con la sostenibilidad es elevado y no se queda en las soluciones de digitalización que diseñamos e implementamos para nuestros clientes, sino que empieza por nuestra propia forma de operar. Un ejemplo es el traslado de nuestra sede en Barcelona al complejo Smart, el primer edificio inteligente de España, a partir de enero de 2023. Un nuevo espacio digitalizado, sostenible y flexible desde donde innovar, lo que beneficiará a clientes, trabajadores, a la propia empresa y, también, a la ciudad.
¿Qué significa exactamente que el edificio sea sostenible? Entre otras cosas, que ha sido construido utilizando materiales de bajo impacto ambiental y diseñado de forma que las emisiones de CO₂ se reducen en más de un 10 %. Además, integra 574,4 m² de zonas verdes y disminuye el consumo energético en un 32 %. También reduce el consumo de agua en más de un 50 % e impulsa la movilidad sostenible a través de 65 plazas para vehículos eléctricos.
Las oficinas sostenibles tienen también ventajas para la empresa: al ser espacios sanos y agradables, que fomentan el bienestar de los trabajadores, la productividad aumenta, lo que repercute de forma positiva en los resultados de la compañía. Es decir, la sostenibilidad, aunque requiere una inversión inicial, acaba suponiendo ventajas y beneficios para todos los agentes implicados, además de contribuir a un futuro común mejor.
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