El concepto ‘Robot-as-a-Service’ (o robotics as a service) se extiende con rapidez entre las empresas. El valor de esta tecnología está en utilizar software realizar actividades o tareas monótonas y mecanizadas para que las personas puedan enfocarse en mejorar los procesos de negocio.
De igual manera que el Software-as-a-service permite a los usuarios disponer de aplicaciones en la nube listas para su uso (normalmente mediante modelos de suscripción), el RaaS (no confundir con Ransomware-as-a-service, con el que comparte siglas) se puede integrar en la nube y ofrecer las aplicaciones de automatización necesarias a las que acceder como un servicio más. Por ejemplo, un uso directo de los “robots en la nube” aplica en los negocios como tiendas, almacenes y centros de distribución para la gestión automática del stock.
Los sectores en los que la automatización ofrece aplicaciones más directas son el manufacturero, seguido por las fábricas y líneas de montaje. Las industrias que fabrican productos basados en fórmulas o en compuestos químicos se benefician ampliamente de la precisión infalible que ofrece la robótica. El sector salud, por ejemplo, tiene perspectivas de duplicar la inversión en robótica para 2019.
Las predicciones a largo plazo son optimistas, pues se estima que la inversión global en estas tecnologías superará los 135.000 millones de dólares en 2019, frente a los 71.000 millones que se gastaron en 2015. Otros analistas se centran en los beneficios globales que aportará el RaaS: de los 224 millones de dólares de 2016 se pasaría a los 34.000 millones de beneficios en 2026.
La inversión global en tecnologías de #automatización superará los 135.000 millones de dólares en 2019 Clic para tuitearLas dos aproximaciones del Raas
El RaaS se puede implementar de dos maneras bien diferentes. La primera es a partir de la integración en la nube, lo que se conoce como “cloud robots”. Esto incluiría a los robots conectados a Internet que utilizan recursos de almacenamiento, computacionales o de datos basados en la nube, y que funcionarían como “pay-as-you-go” (pagas cada vez que los utilizas).
Por otro lado tenemos el modelo de negocio según el cual los sistemas robotizados se alquilan a los clientes durante un período de tiempo determinado. Por ejemplo, por meses, trimestres o por años.
Este tipo de alquiler de sistemas incluye, en muchos casos, el soporte técnico, monitorización en tiempo real y otros servicios relacionados. El cliente así se libra de formar y entrenar a sus trabajadores, de disponer de especialistas en mantenimiento o cualquier otra necesidad asociada, y se beneficia directamente del servicio.
Esta tecnología promete grandes beneficios a la industria, como predice Dan Kara, director de robótica de la firma ABI Research:
La tendencia general en muchos proveedores de tecnología [software] es la migración a largo plazo de vender productos a vender servicios aparte de los ingresos habituales procedentes del soporte, mantenimiento y actualizaciones. La venta de servicios proporciona ingresos recurrentes. Al igual que el sector de la tecnología software en general, los proveedores de tecnologías de robótica han adoptado modelos de negocio RaaS y esta tendencia se está acelerando.
Para el sector de la robótica, el auge del RaaS es clave y estratégico, ya que uno de los frenos al crecimiento siempre ha sido la alta inversión inicial que requieren las plataformas y soluciones, y en segundo lugar la resistencia al cambio, algo que ya conocemos como una de las barreras a la industria 4.0 en España, por ejemplo.
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