Hace pocas semanas hablamos de la cantidad de bulos y estafas aprovechando la COVID-19 que estaban floreciendo. No es algo que debamos tomarnos a la ligera, puesto que con cada crisis aparecen miles de delincuentes dispuestos a sacar partido de la desprotección de las personas, así como de su necesidad de información.
En aquel artículo hablamos de los bulos, y de las noticias falsas o fake news que circulan con la clara intención de desinformar y sembrar el caos. Pero, además, las estafas están a la orden del día, y el phishing es el fraude más común de los que se aprovechan de la COVID-19.
La agencia de crédito TransUnion hizo una investigación al respecto para descubrir que las estafas relacionadas con la COVID-19 han tenido como objetivo el 32% de las personas en todo el mundo, y el phishing representa el 27% de todos los ataques, siendo el método más elegido para ello.
Esta investigación forma parte de unos estudios sobre las dificultades financieras de los consumidores, que a su vez forman parte del plan de apoyo de la compañía, más amplio, para las personas que han perdido un trabajo o que han tenido problemas financieros debido a la pandemia.
La encuesta se realizó en seis países: Canadá, Colombia, Hong Kong, Sudáfrica, el Reino Unido y los Estados Unidos, y se encontró que los principales métodos de fraude de COVID-19 eran consistentes en cuatro de los seis países, donde el phishing representaba más del 30% de los intentos de fraude. En Colombia y Sudáfrica, los métodos eran diferentes: estafas de vendedores a terceros en sitios web legítimos y estafas de desempleo, respectivamente.
El «éxito» del phishing como método para cometer fraude es enorme, y la explicación es que es un método relativamente sencillo y fácil de difundir. Todo lo que hay que hacer es disponer de una amplia red a la que realizar envíos fraudulentos y encontrar una única víctima para iniciar un proceso de robo de identidad que puede conducir a cuentas bancarias robadas,
compras fraudulentas y, en pocas palabras, la ruina.
Es una de las muchas maneras en que se presenta la ingeniería social por parte de delincuentes estafadores, así que vale la pena repasar las principales defensas que tenemos ante estos ataques:
- El escepticismo por defecto es la mejor defensa.
- No compartir los PIN, contraseñas u otros datos de seguridad con terceros.
- No hacer nunca clic en un enlace de un correo electrónico.
- No abrir nunca archivos adjuntos de fuentes desconocidas.
- Si es de una fuente conocida y parece sospechoso, contactar con esa persona por otra vía para verificar su
legitimidad. - Eliminar los documentos que contengan información sensible.
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