La llegada de Buddy, el robot doméstico low cost, parece que se ha avanzado a lo que se predecía que fuera el futuro: la convivencia en la tierra de humanos y robots. La startup francesa Blue Frog Robotics sacará a la venta las primeras unidades, en 2016, a un precio de 499 dólares: sin duda, una revolución en el mundo de la robótica.
Buddy realiza muchas de las funciones que hoy en día se automatizan a través de dispositivos TIC: lleva la agenda (avisa, por ejemplo, sobre cuándo es la hora de levantarse o si hay alguna reunión pendiente), hace compañía y ofrece ocio. También contesta llamadas de teléfono, realiza labores de videovigilancia en casa o avisa, en caso de que se esté produciendo un accidente (como un fuego, vertidos de agua…).
Buddy también se convertirá en un estupendo ayudante a la hora de ahorrar en casa, ya que es capaz de monitorizar la electricidad que consume cada electrodoméstico.
Y esto ¿qué supone? La llegada de los robots a precios baratos (casi cualquier familia de clase media podría disponer de un Buddy, sin costarle un gran esfuerzo) supone la desaparición, seguramente, de aparatos que se utilizan a diario: por ejemplo, ya no se necesitaría una alarma para avisar de la presencia de intrusos mientras no se está en casa, ya que Buddy se encargaría de ello.
Eso sí, también hay que apuntar que este primer robot está muy alejado de aquellos que se ven en películas o series de televisión futuristas: aún no es capaz de sustituir a una persona, ya que carece de muchas funciones. Lo que sí puede es hacer compañía a los niños, para entrenerles; o ayudar a las personas mayores, a la hora de utilizar alguna tecnología de comunicación muy reciente, como son Skype o Google Hangouts.
Foto | Trevor Williams
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