La organización Open Roboethics Initiative (Iniciativa Abierta de Ética Robótica) ha nacido con la intención de abrir el debate social acerca de las implicaciones éticas de la robótica. Pretende, por lo tanto, popularizar una suerte de roboética, es decir, una ética de los robots.
De hecho, desde esta asociación tratan de concienciar a la sociedad sobre la necesidad de plantearse disquisiciones morales y, consecuentemente, legales sobre la regulación de los robots. Consideran que este tema no es baladí y que se trata de la mayor cuestión moral de esta época. Esta aseveración parte de la certeza del uso de robots en actividades que cada vez resultan más cotidianas. Para instar a la sociedad al debate, presentan a menudo cuestiones morales que conllevan disparidad de opiniones entre los humanos (por ejemplo, la conducción de un tren que ha de elegir entre seguir en línea recta y atropellar a cinco personas o girar y matar únicamente a una). De esta forma, intentan visibilizar los aspectos morales a los que tendrían que enfrentarse los robots. En este sentido, se pone en entredicho la funcionalidad de estas tecnologías para la conducción de vehículos.
Asimismo, respecto a los robots encargados del cuidado de personas mayores, formulan el dilema relativo sobre qué órdenes debe seguir el robot (las de las autorizaciones de cuidado o las de la persona a su cargo). Las dudas aumentan cuando interactúan con enfermos por alcoholismo o dolencias cardiovasculares y asumen la gestión de comidas y bebidas.
Desde la organización no tienen una respuesta académica que solucione estos dilemas, pero sí tienen claro que resulta necesario que la discusión se extienda, por lo que llevan a cabo frecuentemente encuestas (por ejemplo, respecto al grado de interacción socialmente aceptable o cuestiones de privacidad).
El escritor de ciencia ficción Isaac Asimov ya fantaseó sobre las complejas relaciones que podrían darse entre seres humanos y robots en algunas de sus historias, como en la de la novela «Yo, Robot» (llevada al cine en 2004). Más recientemente, el celebérrimo científico y divulgador británico Stephen Hawking alertó sobre que la búsqueda de la tecnología inteligente podría convertirse en una amenza para nuestra propia existencia.
En definitiva, se trata de no esperar a los hechos consumados y tomar decisiones sobre robótica que afectan moralmente a los ciudadanos.
Foto | John Williams
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