El comercio electrónico o ecommerce está siendo objeto de fraudes que llegan incluso a suponer hasta el 1% de la facturación anual de los establecimientos. El fraude amistoso (en inglés, friendly fraud chargeback) está provocando una fuga de beneficios más que importante. Pero, ¿qué diferencia a este tipo de fraude del resto de modalidades? ¿Qué lo hace tan especial?
El fraude amistoso, una práctica en alza en ecommerce
Todo comienza con el proceso habitual: una persona compra un artículo en un comercio electrónico. Tras recibirlo, decide presentar una reclamación en su banco pidiendo la devolución del pago que ha efectuado con su tarjeta de crédito. El banco, dado que tiene un plazo de quince días para realizar este tipo de trámites, lo hace efectivo y reintegra el importe en la cuenta de su cliente.
De esta forma, el comerciante se encuentra ante un problema de difícil solución: ha enviado un producto por el que no cobrará.
¿Qué puede hacer el ecommerce ante esta situación?
Parece evidente que si el uso de una tarjeta de crédito es fraudulento, el cliente avisará de forma inmediata y no tras unos días. Por ello, los comercios intentan siempre demostrar la legalidad de la compra, apoyándose en que la fecha del cobro es anterior a la orden de devolución. Adicionalmente, tratan de presentar todo tipo de pruebas en las que se confirme la relación entre ambas partes, como que coincida la IP de registro con la del cliente que reclama.
Las agencias de viajes y las aerolíneas son, posiblemente, los negocios que mejor pueden demostrar esta relación entre empresa y cliente. Si logran confirmar el fraude, podrán tomar las medidas legales pertinentes contra el defraudador. Afortunadamente, este sector ha logrado doblar la recuperación de lo defraudado en poco tiempo.
Lo que está claro es que tanto los bancos como los ecommerce han de encontrar una solución a un fraude que parece ser ‘amistoso’ pero que no deja de ser un delito. Todo sea por continuar con el crecimiento de un sector de la economía que está revolucionando la forma en la que compramos.
El 'fraude amistoso', una práctica en #ecommerce poco perseguida pero muy perjudicial Share on X
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