Desde hace unos meses, no hay día que los medios generalistas no lleven alguna noticia relacionada con la Inteligencia Artificial (IA); en muchas ocasiones, esas noticias son de índole algo alarmista. Más que sobre cómo la tecnología nos puede ayudar, se centran en sus riesgos y peligros potenciales, como los puestos de trabajo que podría convertir en obsoletos. Sin embargo, la IA, una de las tecnologías que forman la hiperautomatización, puede suponer un gran paso para mucho negocios, logrando mejoras muy importantes de eficiencia y permitiendo un mejor aprovechamiento del talento.
Para explicar cómo la hiperautomatización puede ayudar a los negocios, el primer paso es conocer qué entendemos por hiperautomatización. Como indica Ramon Parreu, jefe de RPA en T-Systems Iberia, en esta entrevista en #CharlasEnMagenta, «hiperautomatización no es automatizar mucho». Se trata, como indican desde Gartner, ideadores del concepto, de «un enfoque disciplinado impulsado por el negocio que las organizaciones utilizan para identificar, examinar y automatizar rápidamente tantos procesos comerciales y de TI como sea posible». Para esto, se utilizan numerosas tecnologías que funcionan de modo orquestado: IA, machine learning, RPA, automatización nativa y avanzada… El objetivo es doble: lograr un ahorro y aumentar la calidad del proceso en cuestión (y, por lo tanto, mejorar la empresa en general).
Pero ¿cómo puede exactamente ayudar a los negocios? Como siempre, dependerá de la empresa, del sector, del departamento e incluso de la madurez de la compañía. Parreu pone como ejemplo general la ratio 80/20. Antes de la hiperautomatización, en el tratamiento de datos se invertía un 80% del tiempo en la preparación de esos datos y un 20% en el análisis. Los procesos de automatización pueden revertir ese reparto del tiempo, haciendo que sea el análisis, el punto en el que la intervención humana tiene más valor, donde se invierta más tiempo y esfuerzo, mejorando no solo la eficiencia del proceso, sino también la gestión de recursos y la calidad del resultado final.
Un caso concreto: usar el archiconocido ChatGPT para mejorar la gestión de tickets de una compañía. Los usuarios hacen llegar estos tickets a través de correos electrónicos, por lo que no tienen un formato estandarizado. A ChatGPT se le puede pedir que les dé ese formato: les ponga un título, valore la gravedad del problema expresado (y, por lo tanto, su urgencia), señale quién se debe ocupar de resolverlo. Toda esa gestión se automatiza, de forma que el ticket ya llega directamente al departamento o persona indicado con una visión clara del problema.
Por supuesto, esto es solo un ejemplo. Como siempre en procesos de digitalización, la hiperautomatización también tomará una forma distinta en cada empresa: el diseño debe ser personalizado, y no se utilizarán siempre las mismas tecnologías. En todo esto, desde la elaboración del plan inicial hasta el mantenimiento y actualización tras la implementación, T-Systems puede ayudar, gracias no solo a su conocimiento experto de todas las tecnologías, sino también a su vasta experiencia en múltiples sectores. La hiperautomatización permite deshacerse de los pasos tediosos que vampirizan el tiempo de las personas que forman la plantilla de una empresa y liberarlos para que dediquen sus horas a las tareas que generan más valor.
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