Un nuevo fenómeno, conocido como la generación móvil, ha traído una nueva clase de trabajadores que se identifica fácilmente por trabajar a horas intempestivas, porque piden tener flexibilidad en cuanto a horarios y ubicación de su trabajo y porque tienen una constante necesidad de disponer de conexión inalámbrica a todas horas. Tienen la capacidad de ser eficaces a cualquier hora, en cualquier sitio y empleando cualquier dispositivo, lo que ha dado lugar a que éste adquiera un nuevo y auténtico estilo de vida cimentado sobre los pilares de la movilidad.
Los beneficios de permitir a los empleados estar conectados pueden tener un amplio alcance en cuanto a productividad. Además, de acuerdo con un nuevo estudio llevado a cabo en los Estados Unidos llamado ‘Future Work: How Businesses can Adapt and Thrive in the New World of Work’ (El trabajo del futuro y cómo las empresas pueden adaptarse y prosperar en el nuevo ambiente de trabajo), el 90% de los directivos encuestados aseguran que el personal es más productivo cuando se les da a elegir cuándo, dónde y cómo trabajar.
Para muchos empleados, disponer de una ubicación física para trabajar ya no es esencial para aumentar u optimizar su productividad. Esto es un hecho que las empresas deben tener en cuenta a la hora de actualizar sus políticas internas para mejorar la vida de los trabajadores. El modo en el que las organizaciones proporcionan espacios de trabajo a sus empleados ha cambiado a lo largo de los años, pasando de oficinas con espacios diferenciados a oficinas sin paredes, diáfanas, sin la necesidad de proporcionarles un escritorio y un teléfono fijo, pero sí uno o más dispositivos inteligentes para que estén conectados con independencia de donde se encuentren y por ello, sin establecer unos puestos fijos en los que se deban sentar todas las mañanas. Utilizar el smartphone para comprobar el correo electrónico fuera del lugar de trabajo, el portátil para hot desking en la oficina o utilizar la tablet para una presentación son tareas cada vez más comunes.
Las empresas deben gestionar esta transición hacia la movilidad empresarial en lugar de permitir que el personal lo haga por su cuenta, para garantizar la seguridad corporativa y maximizar la productividad. En España, aproximadamente el 22% de las empresas ya cuenta con una estrategia de aplicaciones móviles, según un reciente estudio de la consultora IDC junto con Genexus. A pesar de este dato positivo, España está entre 30 y 40 puntos por debajo de la media europea en temas de movilidad a nivel empresarial, aunque actualmente estemos entre los primeros países en penetración de smartphones.
La movilidad está cambiando el ritmo de trabajo de las personas y conlleva múltiples ventajas como un incremento de la flexibilidad, la eficiencia y la productividad. Con el fin de atraer y retener a los mejores empleados, las empresas tendrán que ofrecer soluciones para garantizar poder adaptarse al estilo de vida de esta nueva generación, la de la movilidad, contando con la ayuda del partner tecnológico adecuado que proporcione soluciones end to end y que les permita afrontar este cambio tecnológico, corporativo y cultural que se avecina.
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