Nuestro día a día, desde el momento en que nos despertamos hasta que nos volvemos a quedar dormidos por la noche, es un flujo constante de decisiones. ¿Salgo o no de la cama? ¿Me ducho ahora o después de desayunar? ¿Con qué me visto? Muchas de ellas forman parte ya de nuestras rutinas, por lo que no somos conscientes de estar haciendo una elección; otras las pensaremos más. Quizá acabemos optando por lo que nos dice la intuición que hagamos. O, muy probablemente, basándonos en la información que tengamos, decidamos algo de forma más racional.
En el mundo empresarial la toma de decisiones puede también basarse en la intuición, pero no suele ser la mejor idea. Si los datos son en la actualidad uno de los recursos más valiosos que puede tener una empresa es por algo: según una encuesta de PwC, por ejemplo, es tres veces más probable que una organización que usa mucho los datos reporte mejoras en sus procesos de toma de decisiones que una con un uso más limitado de este recurso.
«Hoy en día, el valor del dato, la diversidad, la multiplicidad de formas que hay para recuperarlos son indiscutibles. El reto es descubrir todo lo que podemos hacer con los datos», señala Màrius Albert Gómez, responsable de Sector Público y Health en T-Systems Iberia. Compartirlos es fundamental en muchas industrias, como por ejemplo la automovilística, algo que se hace en los espacios de datos. Al fin y al cabo, en la fabricación de un coche participan muchos actores y la compartición de determinados datos, en un lugar seguro y respetando la legislación, es clave para tomar las decisiones que lleven a un producto final mejor. Estas mejores decisiones, además, «permiten crecer de un modo más rápido y eficiente y responder a las necesidades de un mercado en el que el usuario demanda cada vez más nuevos servicios», indica Gómez.
Para poder aprovechar al máximo el potencial de toda esta información, es clave contar con una estrategia de datos: una hoja de ruta que analice qué datos podemos obtener y cómo, para qué los queremos y cómo los analizaremos y explotaremos para lograr nuestros objetivos. Además, es imprescindible no quedarse aislado en un silo: los datos se pueden monetizar, compartir e intercambiar con transparencia, siempre garantizando su seguridad y soberanía.
Convertirse en una empresa impulsada por datos requiere también cambios profundos en la organización: cambios culturales, organizativos, tecnológicos y metodológicos que respalden los objetivos de la empresa y proporcionen un éxito rápido. En T-Systems ayudamos a las compañías en todo este camino, desde el análisis previo y el diseño de la estrategia a su implementación y mantenimiento. Big data y data analytics dejarán de ser simples expresiones que uno no sabe exactamente qué significan a ser un pilar fundamental de la compañía, detrás de cada decisión. Se reducirán los errores y aumentará la seguridad con la que se da cada paso. Los datos no son solo el presente, sino que son fundamentales si queremos un futuro.
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