A veces es fácil perderse entre las cifras que anuncian nuevas versiones de algo. En plena época de la web 3.0 o web3, ya totalmente inmersos en una conectividad 5G, en el sector industrial se habla ya desde hace bastante de la industria 5.0, una de las revoluciones más esperanzadoras e ilusionantes que promete darle un giro muy prometedor a todo el sector.
¿En qué consiste esta quinta revolución industrial? Quizá lo mejor, antes de lanzarse a explicar los valores de la industria 5.0, sea recordar de dónde partimos y revisar las bases de la industria 4.0. Esta, cuyo término fue acuñado por el alemán Klaus Schwab, se caracteriza por una digitalización y tecnologías como el internet de las cosas, el análisis de datos, la inteligencia artificial o la nube, entre otras muchas. Gracias a ellas, la industria ha podido aumentar los niveles de eficiencia y productividad, reducir costes y tiempos, etc. Según Mckinsey, se estima que innovaciones de la industria 4.0 crearán hasta 3700 millones de dólares en valor para 2025.
La industria 5.0 no es una sustitución de la revolución anterior, sino que, sobre esa base de tecnologías, añade una serie de valores cada vez más importantes en el mundo en el que vivimos. En la industria 4.0, tan centrada en la productividad y en la producción en masa y automatizada, nos habíamos olvidado un poco del elemento humano. Y no habíamos pensado en algo tan clave como cuidar del planeta.
Eso es precisamente lo que intenta solucionar la industria 5.0, que añade una necesaria capa de valores a la ya muy eficiente parte tecnológica. «Tenemos que conseguir los valores que impulsan a la industria 5.0», explica Elena Madera, Head of Manufacturing and Automotive Sales IU de T-Systems. Además de una mejora de la competitividad, se trata de «conseguir la resiliencia, conseguir también la sostenibilidad y, por último, tener en cuenta a las personas«. A estas, las personas, hay que tenerlas en cuenta bajo dos puntos de vista: «tanto el usuario final y el cliente de nuestros productos, pero también a nuestros empleados, que son el valor más importante de las empresas industriales», indica Madera.
La industria 5.0 es necesaria porque es la única forma en la que se garantiza el futuro del sector. En T-Systems tenemos estos valores siempre presentes, no solo en nuestra propia forma de operar como compañía, sino también en los servicios y productos que ofrecemos a nuestros clientes. Un buen ejemplo de ello es Syrah, un cuadro de mandos que permite a las empresas seleccionar, gestionar y monitorizar su cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
“Es nuestra responsabilidad seguir innovando a través de la tecnología para impulsar una industria competitiva pero también más resiliente, sostenible y enfocada al factor humano», resume Elena Madera. Volver a pensar en valores y no solo en tecnología permitirá habilitar el camino a la quinta revolución industrial, la industria 5.0 que, a su vez, nos garantizará un futuro más eficiente, más sostenible y, en definitiva, mucho más humano.
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