La idea de medir la actividad cerebral mientras se circula en bicicleta por la ciudad puede sonar extraña y hasta estrambótica, pero es un ejemplo interesante de cómo se puede abordar un planteamiento ya conocido —analizar los recorridos en bicicleta por las ciudades a partir de datos recopilados por quienes las utilizan— desde una óptica totalmente distinta a la habitual. Y obtener de este modo datos complementarios o adicionales a los ya registrados y algunos datos que de otro modo no se pueden cuantificar.
El resultado es el MindRider Map, un mapa que categoriza los trayectos en bicicleta en una ciudad tan concurrida como es Nueva York en función de la ‘dificultad’ o ‘comodidad’ de cada ruta; proporcionando una guía de rutas en bicicleta que distingue entre aquellas que resultan ‘relajantes’ y las que son más ‘activas’ e incluso ‘estresantes’, según se explica en Measuring Brainwaves to Make a New Kind of Bike Map for NYC.
Aunque todavía es pronto para dar por válido el método y los datos y aún queda mucho trabajo de análisis, la utilidad inmediata de los resultados obtenidos hasta ahora es doble: por un lado sirve como guía para quienes se mueven habitualmente por la ciudad en bici, y sobre todo para gente de fuera, como turistas, que recorren Nueva York pedaleando por vez primera, pudiendo elegir qué tipo de rutas les apetece o interesa más.
Por otro lado es otra forma de recabar información acerca de las rutas ciclistas existentes con el fin de mejorar o determinar la implementación en una ciudad del transporte en bicicleta en función de los resultados, así como a la hora de planificar futuras rutas o carriles para ciclistas.
La información se obtiene de voluntarios que recorren a ciudad en bicicleta provistos de cascos de ciclista convencionales, pero que disponen de sensores de ondas cerebrales que monitorizan la actividad en determinadas áreas del cerebro. El sensor mide constantemente la actividad cerebral y envía los datos de forma inalámbrica a un teléfono móvil que los alamacena.
La actividad cerebral del ciclista varía a lo largo del recorrido, aumentando en los momentos en los que la persona requiere dedicar más atención al circular en bicicleta (tramos o rutas de más estrés), mientras que la actividad desciende en los momentos o durante los tramos que resultan más relajantes y que por tanto exigen menos atención por parte del ciclista.
Imagen: Wired / Arlene Ducao.
Deja tu comentario sobre "Mejorar las rutas en bicicleta en las ciudades analizando las ondas cerebrales de los ciclistas"