Todas las empresas comparten una serie de características que hacen que podamos llamarlas así, pero, si profundizamos un poco, enseguida llegamos a una realidad diferente: como pasa con las personas, cada empresa es única. Por esta razón, las soluciones que se implementen para abordar sus necesidades deberían haber sido desarrolladas también con esa compañía en concreto en mente.
Esto es especialmente importante en la transición al cloud. Este proceso de transformación digital es integral, es decir, afecta a toda la corporación en sus distintos departamentos y niveles. Para que la transición sea fluida y no impacte de forma negativa el funcionamiento de la compañía, lo ideal es que todo el plan haya sido concebido y diseñado a medida, teniendo en cuenta todas sus particularidades, puntos fuertes, débiles y necesidades.
En esta creación de una hoja de ruta personalizada, el diseño de la propia nube debe tener un lugar central. Una de las ventajas del cloud, gracias al que el 78 % de las empresas desarrollan nuevas ideas con mayor facilidad, es que permite una gran flexibilidad en su diseño. Es como construir desde cero una oficina nueva, sabiendo desde el principio quién va a trabajar en ella y qué necesita exactamente para avanzar en sus objetivos.
Esta personalización es una de las ventajas del cloud público: permite el desarrollo de soluciones innovadoras que no dependen de ninguna plataforma ni fabricante y que no exigen gestionar estructuras complejas. Esta libertad tanto para su diseño como para su adaptación conforme las necesidades de la empresa van evolucionando, sumado a la facilidad de uso —nada que añada complejidad y dificultad es una solución óptima—, hace del cloud ese lugar que está a la altura de las expectativas creadas.
Adel Al-Saleh, director general de T-Systems, resume en cuatro los imperativos que deben guiar cualquier transición al cloud: la construcción de una estrategia (¿qué aplicaciones necesitaré? ¿cuáles priorizo?), un cambio de mentalidad en toda la organización (el modelo operativo va a ser diferente), el establecimiento de un marco que indique cómo se va a ejecutar esa estrategia y, por último, la seguridad y el tratamiento de los datos.
T-Systems ofrece a las empresas ese recorrido integral que va desde el estudio de sus necesidades y objetivos hasta el acompañamiento una vez que el cloud público está diseñado e implementado. La idea es garantizar que el negocio y la infraestructura cloud vayan de la mano, con la seguridad de que las arquitecturas cloud personalizadas soportarán cualquier carga de trabajo. Además, T- Systems cuenta también con el servicio Asesoramiento cloud, que permite ahorrar hasta el 65 % en tiempo y el 45 % en gastos.
Esta transición hecha a medida, bien pensada y ejecutada, a un entorno en la nube permitirá a la empresa beneficiarse de sus múltiples ventajas, entre las que destaca la flexibilidad que ofrece a las compañías y que les permite ser más innovadoras. Una infraestructura sobre la que crear y construir las estrategias que colocarán a la empresa entre las más competitivas.
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