La importancia de la prevención es tal que está representada en nuestro refranero: «más vale prevenir que curar». ¿Cómo no estar de acuerdo? Y no es algo solo propio de la sabiduría popular: desde la medicina preventiva estudian e investigan para reducir al máximo las situaciones en las que estamos enfermos. Abarca desde lo más básico, ese insistir en que nos lavemos las manos, hasta lo más complejo, como dar con los rasgos genéticos que aumentan la predisposición de alguien a padecer una enfermedad y poder actuar antes de que esta se desarrolle. En todo ese abanico, la inteligencia artificial (IA) puede resultar fundamental.
«Yo creo que está habiendo un cambio de paradigma y que se está tratando de promocionar la salud. Que ya no sea que tú te pones malo y acudes al médico, sino que tienes por detrás un algoritmo que te predice cuándo vas a tener un evento de alto riesgo como puede ser una parada cardiorrespiratoria, que vas a tener un ingreso en urgencias, y que puedas actuar antes y no llegues a ese deterioro de la salud», señalaba recientemente María Cardona, Senior Healthcare Data Scientist en T-Systems.
La mayor parte de los wearables, dispositivos como los smartwatches, ya miden elementos como la frecuencia cardíaca o incluso el volumen de oxígeno en sangre, además de la actividad física o el sueño de la persona que lo lleva. Con todos esos datos, y a través de la IA, pueden ayudar y prevenir a los usuarios: últimamente tu frecuencia cardíaca ha aumentado, deberías moverte más, tienes un patrón de sueño irregular. Con esa información, se pueden cambiar estilos de vida o acudir a una consulta médica antes de que el problema se desarrolle más y se noten síntomas.
También algunos hospitales están ya aprovechando las ventajas de la IA para mejorar en prevención. Un ejemplo es el proyecto Critic-Contas que T-Systems Iberia ha implementado en el Hospital Universitari de Bellvitge (L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona) y el Hospital Parc Taulí (Sabadell, Barcelona). Como explica Daniel Ribas, Project Manager de Health, el proyecto pretende, mediante una serie de algoritmos, «crear unos modelos que permitan a los clínicos mejorar la toma de decisiones en el ámbito de las unidades de críticos». Además, permite mejorar la gestión de la UCI y anticipar eventos críticos en estas unidades. ¿Cómo funciona? Recogen datos de los sistemas de ambos hospitales, los entrenan en un entorno común y después los llevan a los entornos de producción, donde los integran en los distintos monitores de señal continua y otros aparatos para que se puedan visualizar «las alertas y la evolución del paciente en función de la salida de esos algoritmos».
Las posibilidades de la IA son enormes y solo estamos empezando, pero es fácil aventurar que en muy poco tiempo todo esto sea algo frecuente y básico en todos los hospitales. Al igual que lo serán los dispositivos personales que permitan a los potenciales pacientes no llegar a serlo.
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