Los investigadores canadienses David Harris Smith y Frauke Zeller decidieron en 2014 crear un robot muy modesto a partir de partes de electrodomésticos que estaban estropeados. Llamaron a su creación HitchBot. El objetivo del experimento TIC fue social: ver si los robots pueden confiar en los seres humanos. Y parece que esto no es así: después de recorrer un total de 6.000 kilómetros a través de cuatro países haciendo autostop, fue destruido por un hombre en Filadelfia.
HitchBot tenía el tamaño de un niño de 6 años y se componía de partes recicladas de electrodomésticos. Como cabeza tenía una pantalla en la que se veían unos ojos, su cuerpo era un cubo y las extremidades eran cilindros de espuma como los que se ven en las piscinas. Se alimentaba a través de paneles solares que daban energía a sus baterías y llevaba consigo una silla de viaje infantil, para que los conductores que los recogían pudieran asegurarlo en el coche con el cinturón de seguridad.
Según sus creadores, HitchBot recorría carreteras para encontrar nuevos amigos. Era un autoestopista del futuro: se quedaba en el arcén de las carreteras con el brazo extendido, esperando hasta que algún conductor lo recogiese para que le llevase hasta otro punto. El experimento comenzó en la costa del Atlántico, en la ciudad canadiense de Halifax, y terminó en Filadelfia, en el noreste de Estados Unidos: recorrió gracias a la amabilidad de las personas más de 6000 kilómetros. HitchBot visitó en su viaje Alemania y los Países Bajos.
Estaba programado para poder entender lo que se le decía y mantener una conversación básica. Además, podía acceder a Wikipedia y utilizaba una cámara integrada para colgar las fotos de sus viajes en las redes sociales (tiene cuenta en Instagram y Twitter).
Pero el pasado 3 de agosto, HitchBot descubrió que no todos los humanos eran tan amables. Un individuo lo pateó hasta destrozarlo en las calles de Filadelfia: pero aun así, HitchBot sigue siendo optimista, ya que su último tuit destaca que aunque su viaje debe detenerse, su amor por los seres humanos no había desaparecido.
Durante su aventura HitchBot hizo miles de amigos, a los que considera su familia. Porque no solo son aquellos que lo llevaron de un sitio a otro, sino todos los que le seguían a través de las redes sociales y le daban ánimos. Tal es la presión social que sus creadores han confirmado que, aunque se sienten decepcionados, el experimento no ha terminado. No quieren descubrir quién fue el que terminó con la primera aventura de HitchBot, ni tampoco buscan la venganza: aseguran que sus pensamientos siguen intactos y se sienten apoyados por todas aquellas personas que mostraron su apoyo a HitchBot a través de los social media.
Foto | Hitchbot Official
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