Un equipo de ingenieros de Stanford, con la colaboración de unos colegas de Berkeley, ha construido lo que esencialmente es un microchip de capacidades básicas –del tamaño de una hormiga– capaz de recibir señales, procesarlas y reenviarlas. Entre sus aplicaciones se incluyen la conocida «internet de las cosas», edificios y ciudades inteligentes y otras aplicaciones… Leer más »