La Ley 7/2021 de cambio climático y transición energética obliga a las ciudades españolas de más de 50.000 habitantes a establecer zonas de bajas emisiones (ZBE). Por ellas solo pueden circular vehículos no contaminantes, lo que supone un reto logístico y tecnológico que las acerca a ser smart cities sostenibles.
Las ZBE tienen como objetivo mejorar la calidad del aire, a la vez que se reduce la contaminación ya que se prioriza el uso de bicis, patinetes y coches eléctricos, además de los híbridos. Estas restricciones de acceso, circulación y estacionamiento de vehículos afectan a la movilidad, por ejemplo en tiempos de desplazamientos al trabajo o en el uso del transporte público, añadiendo presión a la gestión de las instituciones y a su relación con los ciudadanos.
Una smart city lo es por el uso de la tecnología para mejorar la calidad de vida de las personas. Para las ZBE, es necesario que disponga de herramientas como pueden ser control de parkings, sistemas de detección de matriculas o de cálculo de afluencia. De esta manera, es posible tener un control del parque móvil que entra en los centros urbanos. Obtener y saber extraer conclusiones de esta información es la clave para un buen uso de los recursos.
Las ciudades inteligentes también facilitan los trámites y la relación de los ciudadanos con las administraciones. En el caso concreto de las zonas de bajas emisiones, por ejemplo: el alta y baja de los vehículos para facilitar su acceso o la gestión de posibles sanciones y sus correspondientes notificaciones.
Los sistemas de información son claves para la implicación de los ciudadanos. Es importante, no solo hacerles ver las ventajas de las ZBE a largo plazo, también mostrarles las opciones que tienen a su disposición, como podrían ser parkings disuasorios para que se deje el coche al entrar y se utilice el transporte público.
Todo ello resulta muy sencillo gracias al servicio de consultoría de T-Systems que empieza por diseñar un plan de actuación para que la ZBE sea realidad, sigue con la integración con programas de gestión municipal ya existente y se cierra con el seguimiento de la implantación y la monitorización continua gracias a cuadros de mando diseñados de forma personalizada.
La zona de bajas emisiones es una palanca para que las ciudades sean smart cities. Nuestra plataforma AERO está pensada para ello y se conecta con el resto de sistemas inteligentes de la ciudad. De esta forma, lo que empieza siendo una obligación legal puede desencadenar una serie de acciones que lleven a otro nivel a la ciudad, no solo desde la perspectiva de calidad del aire, también en energía o iluminación, como ya conseguimos en Gijón.
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