1. Nueva presión en los precios y los márgenes
Las tecnologías digitales facilitan la transparencia, lo que simplifica la comparación de precios, niveles de servicio y el rendimiento de cualquier producto o servicio. Como consecuencia, los consumidores pueden cambiar de servicios y compañías con un simple clic de ratón. Los clientes son actualmente más exigentes, requiriendo soluciones que sean fáciles de utilizar con características comparables.
Además, hay que tener en cuenta que actualmente existe un auge de terceras empresas que facilitan la comparación de precios y la oferta de servicios. El resultado, en Europa, es que los minoristas han visto disminuir sus ingresos, ya que los clientes acuden a los establecimientos tras comparar sus precios, incluso para productos básicos como la leche y el pan.
Esta nueva tendencia generará una presión a la baja en todos los sectores de cara al consumidor, incluyendo las empresas B2B.
2. Los competidores emergen inesperadamente
Las tecnologías digitales facilitan la entrada de nuevos jugadores, por ejemplo, proveedores de servicios de telecomunicaciones y seguros basados en la Web tienen acceso al mercado sin tener que montar oficinas y contratar a agentes locales. El acceso a los datos y su análisis está disponible también para los nuevos players del mercado, que pueden competir eficazmente igual que las empresas multinacionales que llevan más tiempo en el sector.
Suelen ser empresas pequeñas que nunca llegan a gran escala, pero tienen el poder de hacer mucho daño a las empresas más consolidadas.
3. Crecen los desajustes de talento
El Software sustituye la mano de obra en las empresas digitales. Se estima, por ejemplo, que de los 700 procesos que se realizan de extremo a extremo en los bancos (abrir una cuenta o conseguir un préstamo de coche, por ejemplo), aproximadamente la mitad pueden ser automatizados. La digitalización va a inmiscuirse en un número creciente de funciones de conocimiento dentro de las empresas, ya que automatizan muchos puestos de trabajo de primera línea y los mandos medios basados en la síntesis de la información para los ejecutivos de nivel C.
Al mismo tiempo, las empresas están luchando para encontrar el talento adecuado en áreas que no se pueden automatizar. Estas áreas incluyen habilidades digitales como las de los programadores de inteligencia artificial o los científicos de datos y de las personas que dirigen las estrategias digitales y que piensan de forma creativa sobre los nuevos diseños de negocio. Un desafío para los altos directivos será ver cómo se puede invertir el ahorro que se ha generado con la automatización en nuevos talentos para mejorar la digitalización de la empresa.
4. Convergencia de la oferta y la demanda mundial
Las tecnologías digitales no conocen fronteras, y cada vez más las empresas se ven presionadas por los clientes para estandarizar sus ofertas. En el ámbito B2C, por ejemplo, muchos consumidores estadounidenses están acostumbrados a comprar en el Reino Unido por Internet. Los clientes exigen que los sistemas de pago funcionen a través de las fronteras, que exista una buena distribución mundial, y contar con una experiencia uniforme del usuario.
En cuanto a los mercados B2B, los compradores corporativos están presionando a sus proveedores para ofrecer servicios estandarizados en todos los países, que se puedan integrar con otras ofertas, y que se conecten a los procesos de negocios globales fácilmente.
5. La evolución a mayor velocidad de los modelos de negocio
La digitalización permite a los modelos de negocio transformarse continuamente. Un ejemplo de este cambio tan drástico es la industria musical, donde el modelo de venta de cintas y CDs ha cambiado, pasando por MP3s a los modelos de suscripción. En el transporte, la digitalización ha propagado el poderoso modelo nonownership cuyo mejor ejemplo es Zipcar, cuyo servicio los miembros pagan para usar vehículos por horas o días.
Via: McKinsey
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