La inteligencia artificial (IA) se ha asentado como una de las claves de la transición digital en el siglo XXI. Es ya casi ubicua y permite hacer muchas cosas, solventando muchos retos y cuestiones del día a día. Para las empresas, abre muchas y muy variadas oportunidades, pudiéndose convertir en una aliada en el crecimiento de negocio, en la gestión de crisis o en la prevención de riesgos. Pero ¿pueden todos los sectores aprovechar su potencial?
Lo cierto es que sí. En el caso concreto del retail, la IA puede servir para afinar estrategias y mejorar la experiencia del usuario final. De entrada, pocas son las voces que dudarían del potencial de la inteligencia artificial en el comercio electrónico. El ecommerce opera en un entorno completamente digitalizado e integrar la IA parece casi algo natural y esperable. Sin embargo, el poder de la IA no se limita a las compras online, ya que puede beneficiar a las empresas en todos los procesos de venta, tanto en tiendas digitales como en tiendas físicas.
Al fin y al cabo, la IA ya tiene un impacto directo en cómo compramos y en cómo lo hacemos. Los gigantes de la distribución ya la están empleando y cada vez más empresas de más variados tamañas la están integrando en su operativa. Los datos de la asociación que agrupa a las empresas de retail alemanas indican que el porcentaje de compañías que usan la IA ha pasado del 7,.5% en 2022 al 23,5% en 2023, como recuerda un análisis sobre el estado de la IA en el retail de los expertos de T-Systems.
Cómo ayuda la IA al retail
La inteligencia artificial puede impactar de forma positiva en cuestiones básicas en la operativa diaria del retail, pero que tienen una influencia crucial a la hora de lograr buenos resultados. Los ejemplos prácticos ya muestran algunas líneas claras.
Gestión de inventario
La IA puede mejorar la gestión de producto, personal o hasta punto de venta. Así, algunas tiendas pioneras la emplean para acelerar el checkout, con tiendas sin colas y sin esperas, que permiten coger las cosas e irse. La inteligencia artificial se encarga de hacer el seguimiento de lo que el consumidor compra y la cuenta final de su carrito de la compra. Es, posiblemente, la idea más impactante a nivel informativo y más vistosa, pero la IA consigue mejorar la eficiencia de recursos en áreas menos noticiosas y más interesantes para el día a día. Por ejemplo, se encarga de adelantarse a los momentos en los que se necesitará más personal y a diseñar horarios más racionales.
Predicciones
Esto conecta con otra de las áreas en las que la IA puede allanar el camino para el retail: se encarga de adelantarse a los acontecimientos. Gracias a sus capacidades de análisis, es capaz de predecir tendencias, señalando qué va a ocurrir en el futuro y qué debe saber la tienda. Esto también permite afinar mucho mejor la gestión de precios.
Personalizar y optimizar las experiencias de usuarios
Si se dice que el cliente siempre tiene la razón no es por una cuestión banal: el consumidor es la clave para el éxito del retail. La IA puede mejorar sus experiencias, tanto mediante la personalización como con una asistencia optimizada. Cada vez son más comunes los chatbots que hacen análisis de sentimiento y gestionan preguntas habituales, lo que ayuda a reducir los tiempos de espera sin quemar o enfadar al consumidor. En Alemania, Deustche Telekom usa a Frag Magenta, un chatbot que trabaja 24 horas todos los días de la semana y gestiona las dudas sobre las facturas, las compras o los problemas de conexión de los clientes. Logra solventar los problemas más simples antes de pasar a los gestores humanos los más complicados, reduciendo la sobrecarga de los equipos de atención al cliente y mejorando los tiempos de respuesta.
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