El retail vive su particular revolución para convertirse en 4.0. La digitalización de procesos internos para ser más eficientes y la incorporación de la tecnología para aportar valor y mejorar la experiencia del usuario son ejemplos de los beneficios que consigue este sector si completa su transformación. Desde la perspectiva de algunos clientes, puede resultar extraño que esto no ocurra porque otros ya están inmersos en ese camino.
Con estrategias omnicanal y soluciones avanzadas de atención al cliente, el retail puede explotar los datos que ayudan a las empresas a seguir el ritmo de la sociedad. Un ejemplo de ello es el cambio en hábitos de compra que se ha producido en el último par de ellos debido a la pandemia. Las tiendas físicas se combinan con las online y el usuario espera una experiencia única en todos los canales, por eso resulta tan importante conocer sus expectativas y necesidades.
La tecnología hace posible tanto la recopilación de datos como su interpretación. Así, no solo es posible saber qué stock hay disponible o controlar la trazabilidad de los productos, también qué tipo de cliente es el que suele comprarlo y qué servicios valora más. Lo primero ayuda a la organización interna y lo segundo a identificar posibles estrategias de venta: ambos sirven para dar un buen servicio porque evita errores y facilita la personalización de la propuesta de valor, lo que también lleva a vender más.
La digitalización es igualmente una vía para que los trabajadores tengan al alcance de su mano toda la información que necesitan. Desde sus dispositivos móviles pueden acceder a ella, por ejemplo, para identificar en qué tienda hay stock, o comunicarse con cualquier nivel de la empresa para resolver las dudas de los clientes más ágilmente. Así, estos salen más satisfechos de la tienda y el vendedor puede atender a más personas. De nuevo, la tecnología contribuye a la venta.
Por último, la cadena de suministro se vuelve más rentable porque es capaz de ofrecer una respuesta más rápida. Esto es posible cuando los datos cobran sentido, por ejemplo, gracias al uso de inteligencia artificial. Esta tiene aplicaciones en diversos ámbitos, desde el análisis predictivo basado en datos a la gestión eficiente del almacén, haciendo que resulte de gran ayuda para resolver problemas que pudiesen afectar a la experiencia que los clientes sienten al relacionarse con la empresa.
Todos estos datos pueden gestionarse desde en la nube gracias a la implementación del Cloud Retail Lab, un entorno creado por T-Systems para acelerar la digitalización en el sector retail. Además, con un único proveedor resulta más eficiente detectar cuáles son las infraestructuras que ayudan de verdad a un negocio en concreto porque cada uno se encuentra en un nivel diferente en su camino para ser 4.0.
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