La diabetes es una enfermedad que no para de crecer en el mundo. Según la OMS, el crecimiento es muy rápido: de 108 millones de personas en 1980 a más de 422 millones en 2014, mientras se estima que en 2040 afectará a más de 640 millones de personas en todo el mundo.
Es una enfermedad que no tiene síntomas muy claros, lo que supone que la gran mayoría de enfermos no sepan que la padecen (en concreto, más del 45% de los adultos no saben que la padecen). Las primeras sospechas vienen en la forma de alguno de estos indicios: sed intensa, orinar con mucha frecuencia, hambre constante, cansancio o pérdida inexplicable de peso, visión borrosa o heridas que tardan en curar. Sin embargo, la prueba definitiva es el análisis de sangre, que será el que determine los límites en los que nos movemos.
Para una con diabetes, la medición del nivel de glucosa en sangre es vital, y para ello han de pincharse el dedo cuatro o cinco veces al día y medir ese nivel de glucosa con el glucómetro, un aparato diseñado específicamente para esa tarea. Medir la glucosa de esta manera es, a la vez, engorroso y doloroso (sobre todo si ha de medirse varias veces al día). Engorroso, porque hay que llevar encima el glucómetro, tiras reactivas, una aguja, algodón y alcohol para desinfectar el dedo tras el pinchazo… Doloroso, porque los pinchazos acaban siendo molestos, como es lógico.
Afortunadamente, la tecnología avanza y nos permite disponer de herramientas menos invasivas para realizar mediciones y conocer diversos parámetros. Existen glucómetros sin pinchazo, basados en sensores, y está en desarrollo un dispositivo capaz de determinar el nivel de glucosa en sangre a partir de las lecturas que se realicen en las lágrimas del paciente.
Para ello, los investigadores de la Universitat Jaume I (UJI) de Castellón de la Plana están desarrollando GlucoTear, un dispositivo basado en un sensor de nanopartículas capaz de determinar el nivel de glucosa en sangre a partir de las mediciones ópticas sobre una gota de lágrima. El objetivo es hacer realidad para la persona con diabetes un diagnóstico no invasivo, compacto e integrarlo en la cámara de un smartphone, de manera que dispongamos de un pequeño laboratorio en el bolsillo.
La clave está en la síntesis de nanopartículas con tecnologías láser, unos “puntos cuánticos de carbono”, o nanopartículas que tienen baja toxicidad y son fotoluminiscentes y fotoestables, lo que permite realizar las mediciones de manera limpia e inocua, sin residuos.
No es el único proyecto de estas características que está en marcha. Investigadores del CIBER-BBN han participado en el desarrollo de un sensor no enzimático para la medición de glucosa en sangre de forma no invasiva a partir, también, de las lágrimas. Este método se contrapone a los métodos tradicionales a través de analíticas, que son más invasivos, más costosos y considerablemente más lentos.
Cada vez veremos más dispositivos de los denominados Point-of-Care (PoC), que permiten monitorizar parámetros biomédicos con disminuyendo los costes, ahorrando tiempo y simplificando los análisis. Esto permitirá analizar los parámetros (como, en este caso, el nivel de glucosa) en los centros de salud (o en el domicilio) y obtener resultados en tiempo real que mejoran y aceleran el diagnóstico.
La gran ventaja de los PoC está en que son portátiles, de fácil uso e ideales para que los pacientes realicen sus mediciones de una manera rápida, fiable y, sobre todo, no invasiva ni engorrosa. Es una de las maneras en que la tecnología ayuda a las personas, facilitando los procesos de diagnóstico. Además, es posible combinar estos dispositivos con otras tecnologías conectadas para compartir los resultados a distancia. Sin duda, grandes avances en salud para muchas personas.
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