Las cifras son tan claras que se puede decir que las empresas que, a estas alturas, todavía no se preocupan por el bienestar de sus trabajadores están siguiendo una estrategia errónea. Más allá de la ética y de que todos deberíamos intentar que el entorno laboral sea agradable y beneficioso para todos, los resultados financieros también mejoran. Por poner un ejemplo: según un estudio realizado por la Universidad de Harvard y el MIT, una plantilla satisfecha y contenta significa un 37% más de ventas y un aumento del 31% en la productividad.
¿Cómo conseguir, por lo tanto, ese bienestar de nuestros trabajadores? Están por supuesto las condiciones laborales, un requisito básico para abordar el trabajo con ganas y motivación. Y está, además, la propia cultura de la empresa, que influye muchísimo en cómo se sentirán los empleados en el día a día de su trabajo, lo que repercute en su estado de ánimo, motivación y productividad.
La cultura de una empresa, como recoge RRHH Digital, está formada por varias dinámicas sociales: prioridades, normativas, procedimientos culturales (políticas formales e informales como premios, tradiciones, recursos o información), programas de salud o bienestar y clima o cohesión social. Dirigir todos ellos hacia la creación de un entorno más amable y saludable, en el que las personas puedan crecer y desarrollarse no solo en sus puestos de trabajo, sino también a nivel personal, es fundamental para lograr ese bienestar.
Por el contrario, si la cultura de la empresa se basa únicamente en números, sin contemplar que detrás de esos números hay personas, los resultados serán contraproducentes. Trabajadores agotados y tristes, poco motivados, con problemas de salud más frecuentes y, por lo tanto, mayores tasas de absentismo laboral. Es, además, un círculo vicioso: el malestar provoca una motivación menor y peores resultados; todo esto, a su vez, provoca más malestar, sobre todo si la cultura de la empresa es tóxica y no busca solventar los problemas.
Promover el bienestar laboral desde la cultura de la empresa es además una forma de contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El ODS 3, en particular, es sobre «garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades». Teniendo en cuenta que pasamos de lunes a viernes 8 horas diarias en nuestro trabajo, ese ODS no se podrá cumplir si la empresa no piensa en cómo están sus empleados.
En T-Systems Iberia tenemos todo esto muy claro y por ello intentamos desde la cultura de la empresa fomentar el bienestar de nuestros trabajadores y trabajadoras. Nuestra cultura corporativa, como explica Miguel Blanca, nuestro vicepresidente de People & Finance, se basa en «el acompañamiento, el cuidado entre personas, el crecimiento y el buen rollo». Todo esto contribuye a crear un clima agradable en el que la plantilla puede trabajar tranquila y con ganas, sabiendo que su empresa vela por su salud y por su bienestar. Y que, si algo se tuerce, nos volcaremos en resolverlo cuanto antes.
Deja tu comentario sobre "Cómo influye la cultura de una empresa en el bienestar de sus trabajadores"