Datos para salvar el planeta: cómo la información ayuda a tomar las mejores decisiones verdes

El cambio climático y sus efectos, así como la crisis de biodiversidad, se han convertido en serios problemas para el planeta. Los informes de organismos como el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) advierten de que se debe cambiar el rumbo para responder a estos retos y lograr unas mejores condiciones para la supervivencia de la tierra y de sus habitantes. Es más preciso que nunca tomar las mejores decisiones verdes, algo en lo que la información resultará crucial.

De hecho, una de las piezas clave para cumplir con los ODS es el Big Data. La ciencia de datos permite comprender mejor qué está ocurriendo y qué implica, por lo que ayuda a orientarse hacia las soluciones más eficientes.

También, es fundamental para entender qué se está haciendo y si se están cumpliendo de forma realista los objetivos marcados. Herramientas como Syrah simplifican la monitorización de los progresos en sostenibilidad. Para las empresas, esto resulta fundamental porque las expectativas de los consumidores —y cada vez de más elementos legislativos—son las de que el compromiso con los ODS sea real.

Datos para salvar al planeta

Aun así, el poder de la información va mucho más allá. Se podría decir que los datos ayudan a salvar al planeta. Contar con grandes cantidades de información permite hacer un análisis granular del estado de las cosas y comprender a niveles más profundos en qué se falla y cómo se puede resolver. Sin embargo, para ello se necesita no solo ese enorme caudal de información, sino también la tecnología de primer nivel que permite gestionarlo. Tan importantes son los datos como contar con un partner tecnológico que permita sacarles todos sus beneficios y potencial.

«El futuro de las políticas del clima es digital. El Big Data no solo es una herramienta para las compañías, sino que también se ha convertido en esencial para nuestra sociedad democrática y la protección climática», explica el CEO de T-Systems, Adel Al-Saleh.

T-Systems acaba de ser seleccionada por la Agencia Espacial Europea como proveedor de servicios para el Copernicus Data Space Ecosystem, una de las mayores recopilaciones de datos del mundo. La nutren una serie de satélites que orbitan alrededor de la Tierra y que están mandando datos sobre la superficie del planeta y su atmósfera. Esos datos —siempre actualizados— sirven para muchas finalidades. Permiten, por ejemplo, hacer mejores predicciones de tiempo extremo o entender las consecuencias de los desastres naturales.

En resumidas cuentas, ayudan a saber qué pasa en el planeta en tiempo real y a tomar en base a esos datos decisiones mucho más acertadas, en ámbitos tan diversos como la agricultura o las políticas verdes. «El Copernicus Data Space Ecosystem es el primer paso para hacer que los datos estén disponibles mejor para las políticas, la sociedad y la protección del clima», resume Al-Saleh.

Pero, además de ser una apuesta interesante a la hora de luchar contra el cambio climático, es igualmente un reto tecnológico. Ahora mismo, la base de datos es ya una de las más grandes del mundo, gracias a sus 34 petabytes de información. Dado que los satélites seguirán arrojando datos y que estos continuarán siendo relevantes y necesarios, la cifra continuará subiendo. T-Systems estima que se posicionará en algo más de 80 petabytes en solo unos años. Será la mayor cantidad de información gestionada por los data centers de T-Systems. Y, por supuesto, será también alimentada energéticamente con electricidad en su mayoría proveniente de renovables en una infraestructura verde.