Pocas empresas dudan ya del poder de los datos para asentar su posición en el mercado y para lograr los mejores resultados posibles. En la última década, los datos han ido ganando en protagonismo en la estrategia corporativa y se han ido posicionando como una pieza clave para responder a los retos competitivos del mundo moderno.
De hecho, el último estudio de la ONTSI sobre las empresas españolas ya señala que el uso del big data ha aumentado. A eso hay que sumar que las tendencias del mercado de trabajo confirman que la demanda de profesionales especializados en esta tecnología va en aumento. Las compañías están integrando más y más en sus estrategias IT el big data y las disciplinas vinculadas a la analítica de datos.
Con todo, todavía existen ciertas dudas y, en ocasiones, una cierta confusión sobre qué supone cada cosa y qué es exactamente cada uno de los términos que se emplean para hablar del potencial de los datos. Con los años, se han incorporado al lenguaje tecnológico expresiones en inglés que encapsulan el boom de la analítica de datos. Pero ¿qué significan y, sobre todo, qué diferencias existen entre el big data, la Business Analytics y la Business Intelligence?
Qué es el Big Data
El Big Data es, ahora mismo, la base sobre la que reposa la estrategia de datos y el primer paso para contar con una estrategia eficiente. De por sí, el Big Data es la acumulación de datos que generan en su día a día todas las fuentes de información a las que tiene acceso una empresa. Son los datos que crea la propia compañía con su actividad, pero también los que generan sus usuarios o sus trabajadores y los que añaden sus partners, por ejemplo.
Qué separa y qué une a la Business Intelligence y la Business Analytics
Tanto la Business Intelligence como la Business Analytics parten de las grandes masas de datos que ahora tienen a su disposición las empresas. Es decir, para ambas funcionalidades el Big Data es la pieza básica sobre la que se asientan. A pesar de partir de los mismos elementos, las dos disciplinas no son exactamente iguales. En ambos casos, los datos se emplean para encontrar guías para el negocio, pero el modo en el que se hallan esas guías difiere.
En el caso de la Business Intelligence, lo que se hace es analizar los datos que genera la compañía para detectar patrones y extraer conclusiones. Es decir, se hace un análisis partiendo de los datos de lo que ha sucedido y se analiza el estado real, por así decirlo, de las cosas. Por poner un ejemplo, se pueden analizar las cifras de ventas que se han obtenido y determinar en qué mercados es ahora mismo fuerte la compañía y en cuáles no.
Por el contrario, en la Business Analytics se hacen proyecciones. Se parte de los mismos flujos de información, pero se emplean para adelantarse al mercado. Siguiendo con el ejemplo de los datos de ventas, en la Business Analytics se usarían como baremo para adelantar en qué momentos la compañía tendrá más demanda o para detectar qué marcará la agenda.
En resumidas cuentas, la Business Intelligence se centra en lo específico, describiendo el estado del mercado en tiempo real, mientras la Business Analytics se especializa en lo predictivo y en las proyecciones. Una ayuda a ver en qué posición ya está la empresa y la otra permite adelantarse a los problemas, a las demandas de los consumidores y a las tendencias.
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