La pausa que se vio obligado a tomar el mundo entero cuando, hace ahora dos años, la pandemia se convirtió en un serio problema global, sirvió también para repensar muchos aspectos de cómo habíamos llevado la vida hasta entonces. El sector turístico, uno de los más afectados en un planeta en el que de pronto dejamos de viajar, no fue ninguna excepción. Ya hacía tiempo que muchas voces hablaban de que era necesario un cambio que ayudase a convertir el turismo en una actividad más sostenible y reducir el impacto que estaba teniendo en los lugares más populares. La digitalización es una gran aliada de ese camino hacia el turismo sostenible.
Un ejemplo reciente de esta reconversión es el del municipio de Adeje, en la isla canaria de Tenerife, que está iniciando su camino para convertirse en un Destino Turístico Inteligente —como ya lo es, entre otras, Gijón— de la mano de T-Systems. Entre las acciones que se pondrán en marcha, la más importante es la que pone en el centro a las playas, el principal atractivo de la localidad y uno de los ecosistemas en los que el impacto del turismo no siempre es positivo. El plan de reconversión tiene en cuenta todo esto: fragilidad y necesidad de protección de las playas e importancia económica de que los turistas sigan llegando. ¿Es posible combinar turismo y sostenibilidad? De la mano de la digitalización, lo es.
En el caso del proyecto preparado para las playas de Adeje, por ejemplo, un sistema de gestión inteligente permitirá facilitar la monitorización de afluencia en esas zonas a través de cámaras. Además, se recogerán datos del consumo de agua en las duchas o niveles de ruido. Toda esta información estará a disposición del Ayuntamiento a través del cuadro de mando Smart Beach.
Esta recogida de datos es clave en esa búsqueda de la sostenibilidad, ya que permite hacerse una imagen clara de lo que está pasando e idear planes de mejora. Hay, por supuesto, un objetivo que tiene en mente convertir la localidad en un lugar más atractivo para los turistas, pero la meta principal se centra en conseguirlo mientras se respeta el medioambiente. «Se trata de mejorar la vida de las personas, ser más eficientes y eficaces y hacer todo lo que esté en nuestra mano para reducir la huella de carbono y las emisiones», aseguró José Miguel Rodríguez Fraga, alcalde de Adeje, al respecto.
El proyecto, que incluye también puntos de información interactivos para visitantes y ciudadanos, no se queda en las playas, sino que aborda también otros asuntos: incluye un sistema de alumbrado inteligente, una solución inteligente de riego y meteorología, gestión inteligente de residuos, una red wifi turística, un sistema de aparcamiento inteligente y la eficiencia energética de los edificios.
Todo esto es un ejemplo particular, el de Adeje, pero desde él se puede extrapolar lo general: a través del análisis detallado de cualquier lugar específico, es posible diseñar un plan de transformación digital que impulse el turismo de la mano de la sostenibilidad. Cada lugar tiene sus particularidades geográficas y climáticas. Muchas constituyen su atractivo turístico, pero también se traducen en una serie de necesidades que es necesario tener en cuenta. A través de la digitalización de muchos procesos, se logran destinos más eficientes, en los que el propio entorno está protegido y en los que el turismo no es una amenaza, sino que contribuye a su conservación y prosperidad.
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