Existen decenas de dispositivos e-Health capaces de monitorizar la salud del usuario. Los wearables más conocidos y simples para el público son los dispositivos pensados para fitness, capaces de registrar la cuenta de pasos dados, el ritmo cardiaco o los patrones de sueño. Sin embargo, su precisión no es completa y se basan en mediciones de tipo mecánico, sin entrar a analizar la química corporal.
Otro tipo de dispositivos en medición de la salud se basan en el sudor y la información que contiene. No son desarrollos nuevos —aquí podemos ver un dispositivo desarrollado en 2014 capaz de ayudar a diagnosticar enfermedades como la fibrosis quística—, pero hoy el avance en este terreno es impresionante.
Un desarrollo presentado recientemente en la publicación Science Advances proporciona información en tiempo real sobre el pH del usuario, la tasa de sudoración y los niveles de cloruro, glucosa y lactato, niveles altos de los cuales podrían indicar fibrosis quística, diabetes o falta de oxígeno.
Se trata de un dispositivo e-Health que no necesita batería, a diferencia de otras soluciones similares capaces de analizar el sudor. Para lograr el funcionamiento del dispositivo, este cuenta con una serie de orificios microscópicos a través de los cuales el sudor fluye de manera natural.
Una vez recopiladas las gotas de sudor, estas son transportadas a través de una red de válvulas y microcanales que las llevan hacia unos minúsculos depósitos en los que el sudor provoca una reacción química en un sensor específico. De esta manera, cada sensor reacciona ante un componente químico y es posible que el dispositivo recoja múltiples datos.
La ventaja de este dispositivo es que no es invasivo, puesto que no penetra en la piel. Además, no disponer de batería no impide que los datos recabados puedan ser enviados a un dispositivo inteligente, como un smartphone. Esta operación se realiza igual que los pagos a través del móvil: el dispositivo “envía” energía a través de acoplamiento inalámbrico y lee los datos, guardándolos para su procesamiento.
Es un sistema versátil porque se puede configurar para monitorizar uno o más compuestos químicos a lo largo del tiempo. Esto significa que es posible controlar y visualizar la evolución de dichos componentes durante una sesión de ejercicio como, por ejemplo, cómo evoluciona el nivel de ácido láctico en un corredor que está haciendo una maratón —o una media maratón, claro—.
El dispositivo #eHealth que permitirá a las personas monitorizar variables para diagnosticar enfermedades o controlar niveles de ciertos compuestos Share on XLa clave para que este dispositivo sea universal es que pueda ser fabricado a bajo coste y de manera masiva. Este tipo de monitores e-Health triunfarán si se consigue hacer ver su utilidad como herramientas para que las personas puedan, en sus casas, monitorizar variables importantes para diagnosticar enfermedades, o simplemente para controlar los niveles de ciertos compuestos que, potencialmente, necesitarían supervisión. Y todo ello, claro, sin la necesidad de acudir a un centro de salud cada cierto tiempo para solicitar análisis.
Además, este dispositivo contribuye a cubrir una necesidad real: la de disponer de “Big Data de salud” de una manera efectiva. En un plazo relativamente corto, si los dispositivos de monitorización de salud como este triunfan y son utilizados por millones de personas, esta enorme cantidad de datos de salud —por supuesto, anonimizados— será una realidad y permitirá avances tremendos en este sector tan importante.
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