Uno de los pilares de la estrategia TI en la actualidad es el cloud. La nube es fundamental para sostener muchas de las prácticas que hoy se dan por descontadas y que han afianzado el éxito corporativo en los últimos años. El gasto en cloud global crece ahora mismo a un ritmo del 20% trimestral y alcanza ya cifras de miles de millones. Según estimaciones de Synergy Research Group, solo en el segundo trimestre de 2024 se destinaron a esta infraestructura 79.000 millones de dólares en todo el mundo. Imaginar la vida sin cloud parece imposible y, para las empresas, una pesadilla para su operativa.
Sin embargo, la nube ha tenido que ir conquistando su lugar en la infraestructura tecnológica de las empresas y de los organismos públicos, al tiempo que ha ido necesitando de compañías pioneras que apostasen por ella y evangelizasen al mercado sobre sus beneficios y sus potenciales usos. Aunque se puede caer en la tentación de la que nube tal y como la conocemos siempre ha estado ahí, lo cierto es que su presencia es relativamente reciente. Tanto, de hecho, que acaba de estar de cumpleaños.
T-Systems acaba de celebrar el 20 aniversario de su apuesta cloud. Fue en 2004 cuando la compañía empezó a virtualizar infraestructuras de servidores. El servicio que ofrecía a sus clientes se llamaba entonces Dynamic Services y fue uno de los primeros en existir en Europa. Antes de que se hablase de cloud computing de forma masiva, T-Systems ya estaba sentando las bases. Desde entonces ha ido ofreciendo cloud a empresas y organismos públicos, acompañándolos en su transición digital y ayudándoles a abordar los retos que suponen.
Entre 2010 y 2016, T-Systems cerró sus primeras alianzas con proveedores de servicios para ampliar el abanico de propuestas que llevaba a sus clientes finales, así como fue abriendo sus instalaciones más punteras. En 2014, de hecho, fue cuando abrió sus puertas el centro de datos de cloud de Biere (en la región alemana de Sajonia-Anhalt), que se convirtió en el mayor data center de Alemania y que es todavía hoy el epicentro de la infraestructura cloud de T-Systems. En ese mismo año, T-Systems Iberia abría en Cerdanyola del Vallès (Barcelona) el mayor centro de datos cloud modular no ISO del sur de Europa.
Desde entonces, la compañía ha ido ofreciendo diferentes tipos de cloud a sus clientes, comprendiendo sus necesidades y cómo esta tecnología puede ayudarles a afrontarlas. Pero, sobre todo, ha comprendido el papel creciente que tiene la nube. «Hoy en día, el cloud es la base de la digitalización y la IA. Los datos necesitan un lugar seguro y escalable», explica Ferri Abolhassan, CEO de T-Systems y miembro del Consejo de Administración de Deutsche Telekom. «Con nuestros muchos años de experiencia en el mercado europeo, nos aseguramos de que los clientes puedan controlar sus datos con confianza y dar forma a su transformación digital de manera flexible», suma.
El futuro del cloud
De hecho, T-Systems ha incorporado en el corazón de su negocio soluciones a los retos acuciantes del presente y del futuro del cloud. Así, trabaja en conceptos como la soberanía digital y la soberanía de datos, para asegurar que sus partners tienen el control completo de su información.
El proyecto europeo GAIA-X busca crear un espacio seguro para los datos, garantizando al tiempo una infraestructura abierta e interoperable. T-Systems es parte de ello, uno de los nombres fundamentales para lograr un cloud soberano europeo. Así, la compañía — y Deutsche Telekom— son también socios estratégicos del proyecto 8ra (IPCEI-CIS), que busca crear una supercloud europea mediante una infraestructura europea edge abierta y compartida.
No menos importante es la sostenibilidad. Ese pionero centro de datos de Biere es ahora uno de los más eficientes energéticamente del continente europeo, pero T-Systems no limita sus esfuerzos por crear un cloud verde solo a su infraestructura bandera. Trabaja en toda su red para reducir el consumo de recursos y la huella de sus operaciones.
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