El Edge computing es una evolución del Cloud computing que nos permite disponer de inteligencia cerca de los dispositivos que generan o capturan los datos importantes. Así, somos capaces de aligerar la carga de procesamiento en la Nube y hacer parte de ese trabajo en los propios dispositivos IoT.
Lo importante es que, en un contexto como es una factoría o una planta de producción, la gestión, análisis y filtrado de los datos en los nodos Edge permiten impulsar y mejorar la eficiencia, además de aportar numerosas ventajas en este ecosistema que, en la mayoría de los casos, es cerrado. Pocos datos tienen la necesidad de «subir a la Nube».
Para integrar el Edge computing en las fábricas se necesitan las cuatro capas básicas:
- La capa de conectividad, que es la capa más baja y aquella sin la que las demás no tienen sentido. Se trata de la capa que ofrece conectividad rápida y fiable, ya sea a través de WiFi, redes 5G, 6G… en general, cualquier sistema de comunicaciones rápido, seguro y con un ancho de banda suficiente como para dar servicio al resto de capas. Hay que recordar que el Edge computing espoleará la creación de redes 5G privadas.
- La capa que sirve como transición entre el Edge y el Cloud, es decir, la capa de computación que sirve de puente entre los datos que sí se han de enviar al Cloud, frente a los datos procesados in situ.
- Las dos capas superiores las forman los servicios y aplicaciones de terceros que son fiables y seguras para desempeñar la actividad necesaria.
La proximidad de la IA es clave para mejorar la productividad en tiempo real
Una de las claves por la que el Edge computing es la solución perfecta en las fábricas es que podemos tener los módulos de inteligencia artificial muy cerca, físicamente hablando, de la cadena de producción. Esto significa que las decisiones basadas en datos se beneficiarán de una latencia mínima, garantizada por una red de comunicaciones sólida y con la capacidad suficiente (como las redes 5G privadas mencionadas).
La monitorización constante y una toma de decisiones en tiempo real cuando son necesarias ya son de por sí una ventaja enorme sobre cualquier otro esquema posible.
Por otro lado, cuando se generan grandes cantidades de datos que requieren de mucha capacidad de procesamiento, o bien en casos en los que la protección de datos es crucial, disponer de dicha capacidad en las propias instalaciones simplifica mucho las cosas. En el caso de las grandes cantidades de datos, evitamos los costes adicionales de transportarlos fuera de las instalaciones, ida y vuelta.
En el caso de la protección de datos, minimizamos el tránsito de estos fuera de las instalaciones, lo que simplifica enormemente la gestión.
Para profundizar mejor en estos temas os dejamos con un vídeo de Accelerate Digital Now en el que Dirk Reinert, de T-Systems, y Michael Hanisch, de AWS, discuten las diferentes soluciones, ventajas y oportunidades del Edge computing en las fábricas del futuro.
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