El Edge computing es una de las principales tendencias tecnológicas, y es de las que van a pegar con más fuerza en 2021. Este mismo año que estamos terminando lo hemos visto crecer a buen ritmo.
Cada vez hay más aplicaciones obvias de esta nueva aproximación al Cloud que van a posibilitar grandes soluciones IoT, coches autónomos e infraestructura inteligente. Son, precisamente, las exigencias de estas soluciones mencionadas las que hacen imprescindible la presencia de redes 5G para dar conectividad a todos los dispositivos y garantizar bajas latencias, así como ancho de banda más que suficiente.
Como ya vimos en otros artículos, el 5G hará realidad los coches autónomos completamente funcionales y seguros, y también hará viable la IoMT (la Internet de las Cosas médicas). Estos dos ejemplos necesitan de la capacidad de transporte de datos del 5G, pero también demandan una latencia muy baja que es en lo que es más potente el nuevo estándar de telefonía.
Las redes 5G globales no serán suficiente para el Edge computing
Pronto disfrutaremos todos del 5G en todo su esplendor, cuando se completen los despliegues planificados a nivel mundial y en cada país. Pero este despliegue y esa infraestructura dará servicio a millones de dispositivos, y en algunos casos será insuficiente para hacer real una infraestructura de Edge computing empresarial.
Hablamos de grandes empresas, fábricas o factorías que planeen una estructura Edge para su operativa diaria y que no puedan depender de la cobertura, digamos, «oficial» de las operadoras generalistas.
En esos casos, para asegurar la conectividad 5G, esas grandes empresas y las instituciones que implementen Edge computing necesitarán desplegar redes 5G privadas. Estas redes privadas darían cobertura y servicios a las instalaciones, trabajadores y dispositivos propios, y serían la clave para hacer posible la computación perimetral.
Estas redes privadas serían desarrolladas por empresas como Ericsson, Verizon y otras que, en colaboración con proveedores de servicios en la Nube podrían hacer posible no solo la implementación de una red 5G hiperlocal (a nivel de organización), sino que proveerían de recursos, servicios y herramientas Cloud para desarrollar la actividad.
El Edge computing es el futuro del IoT y, por tanto, clave para el desarrollo de muchas empresas y fábricas que confían en este Internet de las Cosas para potenciar su competitividad, reducir sus costes y aumentar la fiabilidad tanto de la cadena de montaje, como de la cadena de suministro.
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