Gracias al desarrollo de la tecnología en los smartphones, los hogares pueden ser controlados a distancia, con maniobras tan rutinarias como poner en marcha el horno o cerrar las persianas. La domótica ha avanzado en este sentido y el IoT (Internet de las Cosas) ha dado lugar a un nuevo concepto: smart homes.
Hoy en día se pueden instalar en la cocina muchos electrodomésticos inteligentes, como neveras capaces de iniciar una compra al detectar que las existencias de algún tipo de producto de consumo habitual están agotándose, incluso de avisar al servicio de averías ante el fallo en una pieza antes que el propietario se dé cuenta.
En lo que a la cocina respecta, es importante el ahorro de tareas que el hogar inteligente aporta a sus inquilinos, disponiéndose de robots de cocina autoprogramables, que se ponen en marcha en la preparación de la comida al recibir una orden; para ello cuentan con miles de recetas integradas, lo que permite llevar una dieta variada sin dominar las artes culinarias.
La seguridad del hogar es otra de las obsesiones de las marcas que desarrollan domótica y aplicaciones para el hogar inteligente. En la última edición del Mobile World Congress en Barcelona, Samsung presentó Kwikset Kevo, una cerradura que funciona con el bluetooth del móvil, reconociendo la proximidad del propietario, con una sensibilidad aproximada de metro y medio, abriendo la puerta solo con tocar la cerradura.
También se puede ahorrar energía gracias a la domótica, a base de enchufes inteligentes Wi-Fi Smart Plug de D-Link o el WeMo de Belkin, que permiten desconectar los aparatos eléctricos desde la distancia.
Y para llevar un control del hogar a base de wearables, el anillo nod, compuesto por una zona táctil y un puntero, que permite encender y apagar los aparatos conectados, simplemente dirigiendo un dedo hacia ellos. El IoT en los smart homes, sin duda, ha venido para quedarse.
Foto | AFM Domotics
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