La transición digital no puede dejar a nadie atrás y esto debe entenderse a muchos niveles. No solo importa que todas las empresas se embarquen en la digitalización y que todas comprendan la importancia de contar con estas herramientas y soluciones para mejorar su productividad y resiliencia. También es crucial que en el proceso se tengan en cuenta todas las necesidades de la población y a todos los grupos demográficos.
Por ello, una óptima digitalización es la que mejora la accesibilidad o hace más sencillo relacionarse con las administraciones públicas, así como la que ataca desde un principio las brechas digitales. Una de las áreas en las que la digitalización puede resultar disruptiva es el mercado laboral, porque la rapidez de los cambios y la necesidad de contar con conocimientos y skills cada vez más complejos puede dejar por el camino a no pocos profesionales. Lograr que accedan a una formación especializada y reconvertirlos en trabajadores digitales es, por tanto, fundamental.
Eso es lo que busca el Cooding Bootcamp, que organiza la sede en Reus de T-Systems en colaboración con Techma Business School y la Fundación Esplay y que se orienta al reciclaje profesional de los jóvenes trabajadores desempleados y en situación de vulnerabilidad. El programa está en marcha desde 2015 y, como apuntan sus organizadores a la televisión local, «funciona».
Lo hace porque se centra en atajar una brecha, la que se genera en los conocimientos con los que los participantes habían salido de su trayectoria estudiantil y la que están necesitando ahora en el mercado de trabajo. La evolución de las TIC es tan rápida y ha sido tan notable en los últimos años que solo un reciclaje continuo permite estar al tanto de las últimas novedades. La formación es la llave para comprender el estado de las cosas y, sobre todo, para tener las habilidades necesarias para trabajar con ellas.
Igualmente, los organizadores destacan otro punto clave en el que se asienta el éxito de la iniciativa: el de la colaboración público-privada. En este bootcamp colaboran la empresa privada —que identifica las tendencias del mercado de trabajo y diseña la respuesta a medida—, la administración pública —que financia la formación— y el tercer sector —clave para llegar a la población que más necesita este tipo de acciones—.
El programa formativo
Los participantes —con un background ya en áreas de matemáticas y ciencias— acceden a 300 horas de formación. Al terminar el curso contarán con un título de programación junior en Java y Angular, pero, lo más importante, estarán preparados para las necesidades reales del mercado de trabajo. Una vez que hayan terminado podrán ser desarrolladores junior full stack, web o de software.
Como explica Carlos Zaplana, jefe de la delegación de T-Systems en Reus, las clases están muy enfocadas a las necesidades de especialización que tiene el sector, puesto que se han basado en lo que aprenden gracias a las necesidades de sus clientes para diseñar el programa formativo. Esto prácticamente garantiza terminar la formación con un trabajo.
«Casi el 90-95% de los alumnos se han incorporado a nuestra empresa», afirma Zaplana a Diari de Tarragona, haciendo balance de la suerte laboral de los participantes de las anteriores ediciones. De hecho, si quiere cumplir sus objetivos de crecimiento, T-Systems necesita contratar a 300 programadores para su sede en Reus.
Reus es la pionera, pero no es la única de las ubicaciones de T-Systems en las que se ha puesto en marcha este tipo de proyectos. «Los buenos resultados que hemos obtenido con esta experiencia nos han llevado a replicarla en otras zonas de España como Galicia o Granada», reconoce Manuel Gutiérrez, Head of Digital Solutions de T-Systems Iberia.
Deja tu comentario sobre "El reciclaje profesional a través de las TIC"