Aunque se ha avanzado mucho en las últimas décadas en la búsqueda de la igualdad entre mujeres y hombres en el entorno laboral, todavía persisten brechas de género y desequilibrios. El sector tecnológico es todavía uno fuertemente masculinizado, que está perdiendo al talento femenino. Las nuevas herramientas no escapan a esta inercia.
Es lo que ocurre con la inteligencia artificial (IA). Los datos de un reciente informe de la Fundación VASS señalan que existe una brecha de género en el ecosistema de esta tecnología: solo el 22% de las mujeres que trabajan en el sector tecnológico lo hacen en ocupaciones vinculadas con el desarrollo e implantación de la inteligencia artificial.
Esta escasa presencia femenina tiene un impacto negativo, ya que limita el potencial de desarrollo de la inteligencia artificial. «La IA es una de las tecnologías más disruptivas de nuestro tiempo, pero, sin una mayor inclusión de mujeres, no podremos aprovechar todo su potencial para transformar la sociedad», le explica a Silicon Antonio Rueda, director de la fundación responsable de la investigación.
La brecha de género tecnológica
La brecha de género de la IA está, aun así, conectada con una brecha de género más transversal en el sector de la tecnología. A pesar de que han mejorado las cosas y el número de mujeres que se matriculan en algunas carreras del sector ha subido en los últimos años, todavía solo el 18% de las universitarias se especializa en disciplinas STEM. En la aplicación práctica, y según datos de este mismo informe, las mujeres suponen el 29,8% de la plantilla de las compañías tecnológicas (frente al 46,3% de la media estatal en todos los sectores).
Igual que este desequilibrio afecta de forma negativa a la IA, también ocurre lo mismo en general para la tecnología. Su fuerza laboral no es representativa de la realidad social, las soluciones creadas heredan sesgos de género y dejan puntos clave sin cubrir frenando la innovación y, al carecer de referentes, se enquista el problema de captación de talento entre las niñas y adolescentes.
El impulso a la igualdad es fundamental para lograr una tecnología mejor. Como aseguraba Rosa Rodríguez, vicepresidenta de Ventas y Servicios de T-Systems Iberia, tras ser elegida como una de las 100 mujeres más influyentes de España por la revista Forbes: «La diversidad es clave para el desarrollo de tecnologías que representen y beneficien a toda la sociedad». Rodríguez abundaba en la importancia de inspirar a las nuevas generaciones y, en especial, a las niñas y adolescentes en el potencial de las disciplinas STEM. «El futuro de la tecnología está en atraer y fomentar todo el talento disponible», afirmaba.
El papel de las empresas
Por ello, es importante que las empresas se posicionen en la vanguardia de esta transformación, que lideren los esfuerzos para atajar la brecha de género.
T-Systems trabaja en este terreno y, de hecho, recibió en 2024 el distintivo Igualdad en la Empresa que otorga el Ministerio de Igualdad. Este sello destaca aquellas compañías con buenas prácticas en igualdad. «En T-Systems Iberia entendemos la diversidad de forma global y buscamos conformar una cultura corporativa que potencie el talento multicultural, generacional y de género porque asegura, tanto un ambiente de crecimiento personal y profesional, como el desarrollo más integrador de la tecnología», asegura Miguel Blanca, VP Finance and HR en T-Systems Iberia.
T-Systems está por encima de la media en presencia de mujeres en su plantilla (las profesionales son el 30%) y ya tiene a un 17% de directivas. Además, ha puesto en marcha diferentes programas para apuntalar la presencia de mujeres en el sector, como ha sido el caso de su participación en ApadrinaTIC, una iniciativa impulsada por CTecno y que beca a mujeres en los grados de ingeniería informática y telecomunicaciones.
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