Las Smart Cities necesitan tecnologías que les permitan encontrar soluciones prácticas y sólidas que permitan minimizar los recursos, maximizar las funciones ergonómicas, recortar los costes y replantear las estrategias y los procesos.
La impresión 3D es una de estas soluciones tecnológicas, ya utilizada con éxito hace unos años en la construcción y en otros campos como el textil e, incluso, la medicina. Sus ventajas en el área de la construcción son enormes, ya que permite reducir enormemente los costes a la vez que minimiza el tiempo de producción; disminuye el impacto medioambiental de la actividad y permite aumentar la creatividad en los diseños, consiguiendo algunos que serían imposibles con la metodología tradicional.
En las Smart Cities, la impresión 3D puede aportar grandes ventajas y permitir enormes avances como estos que mencionamos a continuación:
- En planificación urbana y de transporte: la impresión en 3D puede ayudar a visualizar la planificación urbana y las rutas para construir mejores vehículos y formas de transporte. Como ejemplo, Olli, un particular vehículo impreso en 3D fabricado con materiales parcialmente reciclables, autónomo y eléctrico, que está pensado como transporte compartido. En las Smart cities, donde la interconexión es clave, este sería otro modo de transporte sostenible en el que los ciudadanos de estos lugares podrían participar.
- Iluminación LED: la impresión en 3D podría ser útil en ciudades inteligentes que priorizan factores como la eficiencia energética, ya que permitiría favorecer la implantación de iluminación LED. Los diodos LED que forman la fuente de luz tienen unas temperaturas muy elevadas con respecto al resto de componentes electrónicos. Por esta razón, las placas de circuitos integrados de las bombillas se diseñan con altas capacidades de disipación de calor. La creación de esos circuitos integrados con impresoras 3D es una solución inteligente que podría, incluso, sustituir los procesos de fabricación convencionales.
- Reducción de los desechos y producción más inteligente. La producción y el consumo deben cambiar para que sea posible la reducción real de los desechos. Los laboratorios de fabricación que disponen de tecnología de impresión en 3D, y otras herramientas, pueden simular nuevas formas de producción mucho más eficientes. Además, si hablamos de tecnología alimentaria, las impresoras 3D pueden ayudar a elaborar utensilios y contenedores de comida personalizados y totalmente seguros. Por otro lado, la impresión de alimentos con impresoras 3D es viable y estas innovaciones permitirán desarrollar sistemas de fabricación de alimentos sostenibles, para que la impresión de alimentos en 3D se convierta en la solución para alimentar a una población mundial cada vez más numerosa.
Durante la crisis del coronavirus, hemos visto como cada vez más empresas privadas e investigadores empezaron a fabricar piezas y material médico esencial mediante la impresión 3D. Algunos, incluso, han realizados diseños «de código abierto» para compartir con la sociedad.
Uno de los dispositivos más fabricados y distribuidos es la visera o pantalla protectora, pero no faltan diseños de mascarillas, respiradores o, incluso, hisopos nasales. Existe una web que recoge multitud de estos diseños a disposición de todo el mundo: Coronavirus Makers. ¡Vale la pena echar un vistazo y colaborar, si podemos!
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