Identificar los principales retos a los que nos enfrentamos es un ejercicio práctico para las empresas, y es útil hacerlo tanto a nivel muy específico como de un modo más general. Es decir, detectar los retos concretos de esa empresa que quizá no afecten a otras firmas de la competencia, pero también los que acechan a toda la industria. Normalmente, se recomienda diseñar un plan de acción, un cómo nos enfrentaremos a esos posibles escollos que se dibujan en el camino. Ese plan suele llevar una previsión temporal. A veces, como ocurrió con la crisis del COVID y, poco después, con la guerra de Ucrania, esas previsiones saltan por los aires.
La industria de la alimentación, que supone un 11% del PIB de España, fue una de las más afectadas por ambas crisis. De pronto, se hizo fundamental garantizar el suministro en unas condiciones que lo ponían a prueba, además de facilitar a los consumidores, que se volcaron en las opciones de compra online, una vía cómoda, rápida y segura a través de la que acceder a los alimentos. Ambos retos existían ya antes de 2020, pero fueron amplificados por las sucesivas crisis.
Otros de los grandes retos a los que se enfrenta la industria de la alimentación son, como explicaba Ramón Martil, responsable de ventas en el sector privado de T-Systems, en una entrevista con Revista Alimentaria, la seguridad en la cadena alimentaria o la trazabilidad de los distintos elementos. «La afectación de las crisis de suministros ha hecho que se tengan que cambiar precisamente las formas en cómo se hacían las cosas, y los procesos digitales vienen a ayudar a ese modelo de transformación», indicaba Martil.
Otro de los retos que menciona, también ya importante desde hace años pero indispensable ahora mismo, es el de la sostenibilidad y cómo medirla, además del de los cambios en los hábitos de compra. «Tenemos que ser capaces de analizar el costumer experience de nuestros clientes y generar nuevos modelos de venta o incluso pensar en futuros modelos como el metaverso», aseguraba Martil. En el plan de cualquier empresa que quiera superar estos retos, la digitalización es un elemento imprescindible.
Con experiencia de más de treinta años en sectores clave, T-Systems se convierte en un partner ideal para llevar a cabo estos procesos de transformación digital, también en el sector alimentario. En el ámbito de la sostenibilidad, herramientas como Syrah, un cuadro de mandos a través del que medir los distintos indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de cada empresa, son un apoyo fundamental. Por otra parte, existen también herramientas diseñadas ya de forma específica con la industria de la alimentación en mente. Es el caso de SpecPDM. Esta herramienta, desarrollada por T-Systems en colaboración con SpecPage, permite gestionar todo el ciclo de vida de un producto, desde su diseño hasta su producción. A través de funcionalidades como la simplificación de la trazabilidad o el control de la calidad, ayuda a las empresas de comida y bebida a superar todos estos retos de forma eficiente.
De todos estos temas —retos de la industria alimentaria, soluciones en la digitalización y SpecPDM— hablamos en los distintos espacios en los que participamos del evento FOOD4FUTURE 2023, que se celebró a mediados de mayo en Bilbao. La conclusión: el sector de la alimentación se enfrenta a retos, sí, pero la digitalización ayudará a superarlos. Con T-Systems de la mano, será más sencillo lograrlo.
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