La pandemia de coronavirus en la que estamos inmersos saca a la luz grandes incógnitas en todos los sectores. La crisis económica, que es ya irreversible y de la que tendremos que salir cuanto antes, suma nuevas incertidumbres al escenario global.

Llegados ya al mes de noviembre, es hora de que empecemos a preguntarnos cómo será el panorama del Cloud en 2021. ¿Crecerá el mercado de los servicios y soluciones Cloud? ¿Se mantendrá, sufrirá pérdidas? En caso de que aumente el mercado, ¿en qué proporción lo hará?

Para entender cómo podemos configurar la imagen del mercado del Cloud en 2021, tenemos que echar un vistazo a lo que sucedió en 2019, y lo que ha pasado en el presente 2020. Según datos de IDC, el mercado mundial de servicios de nube pública, incluyendo la Infraestructura como Servicio (IaaS), la Plataforma como Servicio (PaaS) y el Software como Servicio (SaaS), creció 26% interanual en 2019, con ingresos que sumaron 233.400 millones de dólares.

Si echamos la vista un poco más hacia atrás, este mismo mercado ha duplicado su valor desde 2016, y solo el gasto combinado en IaaS y PaaS casi se ha triplicado. ¿Qué significa esto? Que cada vez existe una dependencia mayor en las empresas sobre la infraestructura y las plataformas en el Cloud para tareas como el despliegue de aplicaciones, y también de las soluciones SaaS.

La pandemia ha acelerado la transformación digital en todos los frentes

Una de las consecuencias principales de la pandemia en el sector del Cloud Computing es que se han acelerado todas las tendencias en digitalización. La pandemia nos ha empujado a abrazar el teletrabajo como nunca antes, y muchas empresas que mostraban dudas acerca de la conveniencia de la digitalización, las han despejado de un plumazo.

El Cloud se configura como la primera opción para muchas empresas que ya no son solo empresas de nicho como hace pocos años, sino que basan en esta opción todas las actividades digitales de las que dependen.

Según Deepak Mohan, director de investigación de Cloud Infrastructure Services en IDC, «la incertidumbre económica actual atrae una nueva atención sobre los beneficios fundamentales de IaaS: bajo compromiso financiero, flexibilidad para apoyar la agilidad empresarial y resistencia operativa».

La optimización de costes y la resiliencia que aporta al negocio una solución IaaS se han convertido en los principales impulsores de las decisiones de inversión en TI. El COVID-19 ha acelerado la adopción de la nube en las organizaciones más tradicionales y los proveedores de servicios digitales no deja de crecer por este motivo.

En T-Systems somos conscientes de la creciente importancia de la transformación digital y, por eso, podemos gestionar los servicios cloud en nuestros propios data centers para todos nuestros clientes, evitando así potenciales conflictos relativos a la privacidad de los datos, por ejemplo, o acompañando a las empresas en el diseño e implantación creación de cloud híbridas o multicloud para combinar lo mejor de cada cloud.