La nube se ha convertido en una de las principales aliadas de las compañías en sus procesos de transformación digital. Sin embargo, el potencial de la nube y sus grandes ventajas no están exentos de puntos clave en los que los responsables TI deben trabajar. Los retos del cloud vienen marcados por las tendencias tecnológicas, por las necesidades de los procesos de transformación y, también, por la naturaleza de los datos.
De hecho, la información es un activo especialmente sensible y uno que en ocasiones preocupa a los responsables de la estrategia cloud de las compañías. En Europa, los administradores TI deben cumplir con los requisitos legales que impone la normativa de la Unión Europea en cuestión de datos. La información debe ser almacenada en Europa y se debe garantizar en todo momento su seguridad.
La normativa de protección de datos blinda la información personal de los consumidores europeos, penalizando los accesos no deseados a esos datos y asegurando que se emplearán únicamente para lo que se recabaron.
Pero las exigencias normativas y la voluntad de proteger la privacidad y los datos al máximo no deberían abocar a las compañías a apostar únicamente por la cloud privada y perderse los aportes competitivos de la nube pública o de la cloud híbrida. Para seguir teniendo todo el control de la información, cuentan con las nubes soberanas.
Las claves de la cloud soberana
¿Qué es exactamente la cloud soberana? Como explican en T-Systems, «la soberanía significa control integral». Las compañías mantienen la soberanía, el control absoluto, en los elementos clave que le permitirán cumplir con las normativas legales y evitar aquellos factores que preocupan a sus CIO. Los datos estarán en todo momento bajo su control, al tiempo que permanecerán en todo momento en Europa, como exige la normativa comunitaria.
La soberanía cloud funciona a tres grandes niveles. Así, permite una soberanía de los datos, ya que el propietario de los datos tiene la certeza de que nadie accederá a esa información o la manipulará. De hecho, el cifrado de los datos se hace fuera de la nube y con una clave que no está en ese almacenamiento, lo que hace todavía más imposible que terceros puedan acceder a esa información.
También se produce una soberanía operativa, con una garantía de plena operativa y rendimiento de la plataforma cloud, y una soberanía del software, ya que los clientes nunca son dependientes de su plataforma. Esto es, si quieren migrar lo podrán hacer sin problemas y de forma sencilla, sin estar conectados para siempre –o hasta un proceso costoso y complejo– al servicio en el que se encuentran sus datos.
Cuando los clientes emplean clouds públicas o clouds híbridas, las compañías ofrecen diferentes mecanismos para garantizar la nube soberana. T-Systems va a lanzar con Google Cloud a mediados de 2022 en Alemania su Sovereign Cloud, un servicio que funciona como un ejemplo perfecto para comprender qué supone la nube soberana. Esta cloud cumplirá los exigentes requisitos normativos alemanes, siendo una nube pública con todos los beneficios asociados.
El objetivo común: un estándar para todos
A esto hay que sumar que la industria europea cloud trabaja también para crear un estándar común que funcione para todos y que permita cumplir unos estándares en datos. Es Gaia-X, «la iniciativa europea para un entorno de datos soberano». En esta iniciativa colaboran representantes de los diferentes organismos y empresas implicados para crear un ecosistema más transparente en infraestructura de datos y para asegurar que se tendrá siempre el control de la información.
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