Cuando se trata de desplegar redes de comunicaciones en lugares poco accesibles, el ingenio se agudiza hasta límites insospechados. Es el caso de Kenia, país en el que se ha desplegado toda una red flotante de nodos para dar servicios de acceso a Internet.
El proveedor de servicios Telkom Kenya está desplegando lo que sería el primer servicio 4G LTE en el mundo utilizando globos estratosféricos para dar cobertura de la misma manera que lo haría una red de torres celulares, pero con un coste de despliegue menor.
Este servicio cubrirá inicialmente unos 50.000 kilómetros cuadrados en Kenia. Serán más de 35 globos los que formarán esta «flota», que se moverán a la deriva en la estratosfera a unos 20 kilómetros sobre la superficie de la tierra.
Kenia no tiene acceso a la Internet tradicional, cableada, por lo que una aproximación como esta es de lo más apropiado para dotar al país de conexión permanente y a una buena velocidad. Según la nota de prensa de la empresa, «los globos habilitados para Internet podrán ofrecer conectividad a los muchos kenianos que viven en regiones remotas que están desatendidas o totalmente desatendidas y que, por lo tanto, siguen estando en desventaja».
Entre los casos de uso prioritarios previstos se encuentran la telemedicina y la educación online, dos claves para acelerar el desarrollo del país.
¿Cómo de rápida es una conexión a través de la red de globos de Kenia?
Las prestaciones de una red de estas características son bastante dignas, ya que en las pruebas realizadas se alcanzó una velocidad de bajada de 18,9 Mbps con una latencia de 19 milisegundos, y una velocidad de subida de 4,74 Mbps. Con esos datos, el servicio sería capaz de soportar llamadas de voz, videollamadas, reproducción de aplicaciones como YouTube, WhatsApp, correo electrónico, navegación web…
Además, la prestación de servicios de Internet desde la estratosfera facilitaría el desarrollo de soluciones IoT. Por otro lado, desde las alturas la cobertura de la red podría ser más amplia y, además, puede modificarse a medida que cambia la demanda. Por ejemplo, para dar servicio a una zona minera o a una localización determinada.
Hay menos infraestructura terrestre que construir o gestionar, incluyendo las complicaciones que a veces surgen cuando se necesita tender cableado que cruce por una zona privada, por ejemplo.
Cuando se interrumpe el servicio, por ejemplo, porque uno de los globos sufre desperfectos o averías, basta con lanzar otro dispositivo hacia la estratosfera en lugar de tener que rastrear los fallos a través de una elaborada infraestructura terrestre remota. Tan solo se necesitan globos de reserva.
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