La escuela tradicional, la de maestro, aula y un horario rígido en el que cada hora se enseña una sola materia, podría tener los días contados. Gracias a la tecnología, es posible diseñar mejores sistemas de enseñanza y aprendizaje que desbanquen al modelo actual. Aquí es donde aparece el término hiperaula.
Mariano Fernández Enguita es Catedrático de Sociología en la U. Complutense —y muchas cosas más— y hace poco tiempo escribía un artículo muy interesante en el que se habla de un concepto denominado hiperaula.
En ese artículo se analizaba el origen de las aulas, enmarcado en un contexto de «escasez de la información y el conocimiento escolares». Era una época en la que el conocimiento estaba en manos de pocas personas que debían formar a muchos alumnos.
Gracias a la tecnología, comenzamos a ver nuevos sistemas de enseñanza y aprendizaje que desbancarán a la escuela tradicional. ¿En qué consiste la #hiperaula? Clic para tuitearEn la actualidad empiezan a hacerse realidad otras opciones para impartir la enseñanza. Son demasiadas como para citarlas aquí, pero su factor común es que intentan romper con el concepto de aula tal y como la conocemos, y tender a «espacios y tiempos más amplios y flexibles, variables y reconfigurables, en grupos más numerosos, con dos o más docentes y amplio uso de la tecnología digital».
¿A dónde nos lleva esto? Según Enguita, a la hiperaula, que define así:
Llamo a estos entornos innovadores «hiperaulas» porque reúnen tres condiciones:
- Se manejan y reconfiguran como hiperespacios, en el sentido de que son espacios amplios, abiertos y flexibles, que pueden ser reconfigurados en sus tres dimensiones, albergan grupos más numerosos, que pueden descomponerse a voluntad para el trabajo en equipo o individual, y posibilitan cualquier organización temporal (la cuarta dimensión del hiperespacio) no fragmentada ni simultánea, dentro y fuera del centro.
- Son contextos hipermedia, en cuanto que permiten la transición sin fricciones de lo presencial a lo digital y entre los distintos soportes y formas de este (audio, vídeo, imagen, texto).
- Incorporan una hiperrealidad (aumentada, virtual, 3D, inmersiva, simulaciones…) cada vez más aproximada a la realidad misma, con un potencial creciente de aprendizaje e infinitamente superior a la pobre representación impresa (libros, mapas…).
Como vemos, la hiperaula no es solo un lugar en el que la tecnología impera, sino que supone la reconfiguración total de la docencia. Hoy ya disfrutamos de la tecnología en las aulas —pizarras digitales, ordenadores, tablets,…—, pero nos queda camino, todavía, para llegar a un momento en el que se aproveche todo el potencial educativo que tenemos al alcance.
En una época en la que la información está al alcance de todos, y en la que tenemos herramientas que nos permiten sacar partido a esa información, es posible mejorar la enseñanza sin tener que adoptar alternativas a la escuela tradicional como el homeschooling o el «hazlo tú mismo».
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