Son numerosos los tipos de fraudes que han sido creados y utilizados para su uso por Internet. Algunos de ellos ya se practicaban antes de la aparición de la red de redes y con ella simplemente ha aumentado el potencial de dichos fraudes.
Además de los clásicos, como los gusanos, los troyanos, el spyware, los scareware, timos ISP, etc, están apareciendo nuevos sistemas intrusivos potencialmente peligrosos. Uno de los más temidos es el phishing o suplantación de identidad.
La suplantación de identidad en los aparatos IoT
Algunas modalidades de ciberdelincuencia están creciendo más que otras, debido a que son más difíciles de detectar. Con la aparición de nuevas tecnologías y su interacción con Internet, no está presente la intervención humana en ninguna parte del proceso, haciendo perder movilidad en las acciones seguras.
Este tipo de fraudes pueden atentar contra la privacidad. Los aparatos IoT pueden sufrir un ataque motivado por una suplantación de identidad, dejando al dueño como responsable del delito.
La ciberseguridad como barrera al phishing
Hay fabricantes que están apostando por aparatos IoT: frigoríficos que hacen la compra, botiquines que se autoabastecen desechando las medicinas caducadas o coches que se conectan a la nube. Estos dispositivos que deben hacer la vida más fácil no deben dejar de lado la ciberseguridad.
Las inversiones en ciberseguridad en este campo serán la clave del éxito de ventas. Es indispensable crear sistemas blindados de comunicación infranqueables para evitar los ataques de suplantación de identidad.
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