Está en Cerdanyola del Vallès y es uno de los hitos en centros de datos de T-Systems: es el primer data center modular de la compañía y es, de manera general, el centro de datos modular más grande de España.
Antes de nada, cabría preguntarse qué se entiende por «centro de datos modular». Se trata de una forma de levantar físicamente estas infraestructuras que permite ir ampliando según necesidades. Esto también posibilita más movilidad. Se puede llevar a donde se necesitan de forma rápida y establecerse igualmente en tiempos récord.
De hecho, esto permite construir las infraestructuras en otros espacios para luego instalarlas en otras geografías. En este caso, el data center fue construido en Croacia y ubicado luego en la localidad catalana. «El enfoque modular ha posibilitado un crecimiento más flexible y adaptado a las necesidades inmediatas del negocio», señalaba durante una visita con medios al data center Josep Linares Jiménez, Head of DCI-Production & DCI Uptime Engineering, como recoge Data Center Dynamics.
Ese es un elemento fundamental para entender por qué optar por esta vía. Gracias a esta manera de trabajar, se pueden reducir los tiempos de puesta en marcha de las instalaciones de forma considerable. «Una construcción convencional lleva más tiempo y esta reduce mucho el tiempo y la calidad de los acabados es muy satisfactoria», indicaba Linares Jiménez.
Fue, justamente, lo que ocurrió en el centro de datos de Cerdanyola del Vallès, en el que se batieron hitos de rapidez en el proceso. Se logró bajar en un 30% el tiempo de construcción y, con ello, lograr tener el centro en funcionamiento en nueve meses. Para ello, T-Systems trabajó con Vertix.
En el caso de este centro, está construido en contenedores. Esto simplifica la escalabilidad de la obra, por así decirlo, porque se pueden sumar nuevos módulos muy rápido (si se necesitase sumar uno extra se podría hacer en una horquilla temporal de 4 a 5 meses), pero también tiene otros beneficios en términos de huella. El diseño realizado permite reducir el consumo eléctrico en un 30%, puesto que se usan los propios recursos inherentes a la construcción para suplir en parte las necesidades de refrigeración. «El objetivo es claro: reducir el consumo para que el sistema de TI consuma lo menor posible», explicaba también Linares Jiménez a los medios, tal y como publica Computing.
El centro usa pasillos de frío para bajar la temperatura de un modo natural y reduce la necesidad de uso de agua para esos procesos —agua, por otra parte, que se recoge de la lluvia para evitar sobrecargar los acuíferos—. La selección de la ubicación juega a su favor. El centro de datos está bien conectado con Barcelona y tiene buena capacidad eléctrica, pero además al estar en una zona de sierra ya cuenta con una temperatura media cinco grados más baja que en la ciudad. Así ya se parte de unas necesidades de enfriamiento menos exigentes.
Todo esto es especialmente importante en un momento en el que los datos tienen un peso mucho más elevado en el día a día y en las necesidades de las empresas. A medida que se van teniendo más necesidades en este terreno y se hace más acuciante la construcción de data centers, se vuelve más relevante también que los tiempos de ejecución de la obra sean lo más bajos posibles y que el impacto de esas instalaciones en el entorno de lo más reducido.
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