Aumentan los ciberataques a infraestructuras críticas en 2018

Cada vez hay más ciberataques a infraestructuras críticas. Solo en los meses de enero y febrero de 2018, los ciberataques han duplicado todas las incidencias sucedidas en el año 2014 según el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, y según parece la tendencia es creciente. Los ataques más frecuentes son el escaneo de red, los ataques con malware, el acceso no autorizado, robo de información y el spam, entre otros.

A medida que las empresas emprenden la transformación digital y adoptan cada vez más sistemas conectados en su día a día, las amenazas se multiplican. Cada vez hay más lugares que atacar, y los ciberdelincuentes están más preparados, cuentan con mejores herramientas y son más efectivos. Las víctimas no solo se enfrentan a robo de información o el uso fraudulento de las  tarjetas de crédito, por ejemplo, sino que también pueden ser presa de las coacciones o las amenazas personales.

Para una empresa, cualquier vulnerabilidad conocida que pueda ser explotada por un ciberdelincuente se convierte en un gran riesgo para su negocio. No solo hablamos de pérdidas económicas, sino también de ser objeto de fraude, de robo de información y espionaje industrial. Por ello es importante disponer de los profesionales mejor cualificados para asegurar los sistemas de la compañía y estar al día en cuando a vulnerabilidades.

Si todo falla, ¿quién puede ayudar frente a la ciberdelincuencia?

Como decíamos al inicio del artículo, en España se han producido en los dos primeros meses de este año 125 ciberincidentes en infraestructuras críticas (53 en enero, 72 en febrero), mientras que durante todo 2014 se dieron 63 casos (la mitad más uno). De hecho, no es la primera vez que España está entre los primeros países de mundo en ser objetivo de los ciberdelincuentes.

Afortunadamente contamos con dos departamentos de ciberdelincuencia en las fuerzas de seguridad del Estado como son la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía y el Departamento de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil. Allí se encargan de perseguir «delitos graves como la pornografía infantil, las estafas, aquellos contra los sistemas informáticos o la propiedad intelectual«, y también investigan.

La investigación de las nuevas amenazas más claras para la ciberseguridad en un futuro que en realidad es el corto plazo es clave. Gracias a esa anticipación son capaces de preparar las respuestas efectivas para contrarrestar los efectos de los delitos, o impedir que lleguen a producirse. La prospección es vital para tratar de anticiparse al próximo movimiento de los delincuentes, y para ello estos departamentos cuentan con investigadores, «medios de investigación avanzados, secciones técnicas y de desarrollo y laboratorios de ciencias forenses especializados en evidencias digitales«.

El ataque a infraestructuras críticas se entiende sobre todo cuando hablamos de sectores estratégicos como el de la energía (electricidad o petróleo, por ejemplo), agua potable, la sanidad, el transporte público, las infraestructuras de telecomunicaciones y otras tantas que, de ser atacadas o comprometidas, pueden poner en riesgo a grandes sectores de la población. Para hacer frente a ataques en esos sectores existe el CNPIC (Centro Nacional de Protección de Infraestructuras y Ciberseguridad) de la Secretaría de Estado de Seguridad. Actualmente, según el CNPIC, estamos en el nivel 4 de alerta en infraestructuras críticas (NAIC) en una escala que tiene el 5 como máximo nivel.

Es importante tener presente el papel que debe tener la ciberseguridad dentro de las empresas, un papel que muchas veces (cada vez menos) no está bien definido y, por tanto, no se toman todas las decisiones ni son todas correctas en lo que se refiere a la seguridad de los datos y de los sistemas críticos.