Trabajar en la Nube es cada vez más habitual y se extiende por todo tipo de empresas, autónomos y profesionales en todos los ámbitos. En situaciones como las que nos toca vivir en España y en tantos otros países repartidos por todo el mundo, de confinamiento para frenar el COVID-19 y, en muchos casos, teletrabajo por necesidad, el Cloud se ha convertido en algo imprescindible para mantener la actividad.
Como es normal, las dudas sobre la ciberseguridadpueden presentarse a los responsables de decidir qué herramienta o herramientas utilizar para montar esos puestos de trabajo remotos en las casas de sus empleados. Nosotros estamos aquí para aclarar que, hoy, ciberseguridad y cloudson dos conceptos inseparables, aunque los usuarios han de poner (siempre) de su parte.
Las vulnerabilidades de la Nube
Cualquier sistema tiene vulnerabilidades. Nada es tan perfecto como para que no se pueda aprovechar un resquicio, un fallo de diseño o cualquier otra cosa en contra del usuario. Además, las vulnerabilidades suelen incluir el elemento que siempre es más débil: el propio usuario.
Por muy seguro que sea un sistema, si a un usuario le sustraen su clave de acceso, la seguridad del sistema estará comprometida. Es así de sencillo, y en eso se basan muchos tipos de ataque como el phishing, por ejemplo.
Existen muchos otros tipos de vulnerabilidades, que resumimos ya en un artículo específico sobre el tema. El resumen es que, pese a que la Nube es teóricamente muy segura (tanto, o más que un sistema físico privado), deben seguir los esfuerzos de cara a conseguir soluciones más robustas, libres de errores y protegidas ante los ataques que, por otro lado, también evolucionan y mejoran.
Las dudas sobre la seguridad en la Nube están desfasadas
Siempre que se habla sobre la Nube desde un punto de vista profano, suele hacerse referencia a lo fácil que es romper su seguridad. Pero esto son dudas desfasadas y, lo que es peor, que surgen desde el desconocimiento. La diferencia, en términos de seguridad software y hardware, de un sistema en la Nube con respecto a un sistema local, físico, es que el primero se encuentra en un servidor remoto.
Si el acceso a dicho servidor es seguro, es decir, si disponemos de un buen sistema de autenticación (con contraseñas robustas y autenticación de dos pasos, por ejemplo), si accedemos a los servicios a través de medios seguros (como una VPN) y si seguimos las indicaciones del personal de TI en cuanto al uso y acceso a los datos, no deberíamos tener problemas.
Es más, incluso podríamos decir que trabajaríamos en un entorno más seguro que muchos entornos locales físicos, ya que el proveedor de servicios en la Nube se encargará de poner a nuestra disposición personal con experiencia, cualificado, y dispuesto a ayudarnos en cualquier duda o ante cualquier problema que surja en el desarrollo de la actividad. Y eso, sin contar con el resto de las grandes ventajas que aporta el Cloud.
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