Del coche autónomo se ha hablado, prácticamente, en todos los aspectos que se pueden cubrir. Desde los sistemas tecnológicos que serán la vista de los coches, pasando por los cerebros de inteligencia artificial que gobernarán cada uno de los sistemas hasta los aspectos morales.
Este último tema, el moral, es muy importante porque sugiere un conjunto de posibilidades que escapan de la lógica desde el punto de vista de una inteligencia artificial. Sin embargo, hay un aspecto que rara vez se discute, y es el de dotar a estos coches autónomos de oídos: sensores acústicos capaces de detectar el sonido de una señal de emergencia de una ambulancia, coche de bomberos, o coche de policía. ¿Serían buena solución para detectar el vehículo de emergencia y decidir qué hacer a continuación?
El problema del vehículo de emergencia para el coche autónomo
Ante un vehículo de emergencia, la mayor parte de los conductores sabe, o cree saber, cómo hay que proceder. Además, en este tipo de situaciones, un conductor humano dispone de ciertos recursos para saber desde dónde se aproxima dicho vehículo: o bien ve las luces reflejadas en algún lugar de su campo de visión, o bien ve cómo los demás vehículos se apartan para dejar paso, o bien distingue a la perfección el vehículo en cuestión.
Sin embargo, el problema, desde el punto de vista de un coche autónomo, es complejo. Si solo se fía de sus “sentidos” habituales (LiDAR, radar, cámaras de vídeo) puede que no llegue a “percatarse” de la presencia de un coche de bomberos. Si tuviese que analizar el patrón de comportamiento de los vehículos de su entorno, sus sistemas serían mucho más complejos. Sin embargo, disponer de sensores acústicos capaces de establecer la dirección de donde procede el sonido podría ser muy útil, y podría activar un “modo” especial que le permita lidiar con la situación. Esto es, según la DGT, lo que debe hacer cualquier conductor (humano, o no) en el caso de encontrarse vehículos de emergencia.
La pregunta es, ¿cómo podrá un coche autónomo saber exactamente qué hacer cuando llega un coche de emergencias? Las situaciones son, como poco, inesperadas, inusuales. Si el semáforo está en rojo y la ambulancia, por ejemplo, viene desde detrás, ha de apartarse para dejar paso (y en algún caso eso implicará “saltarse” el semáforo). Introducir un sentido más en una ecuación tan compleja parece algo imprescindible, pero ¿realmente es la solución?
La respuesta es no. Sí es “una” solución, pero deja demasiados cabos sueltos y aumenta demasiado la complejidad de los algoritmos que decidirán las acciones a tomar. La solución a largo plazo es el desarrollo completo de tecnologías V2V y V2x o, lo que es lo mismo, comunicaciones vehículo a vehículo (V2V) y comunicaciones vehículo a infraestructura (V2x).
Con estas soluciones, el problema se terminaría. Un vehículo de emergencia emitiría las señales adecuadas tanto a la infraestructura como a los vehículos de su entorno (incluyendo los autónomos) para hacerse un camino de paso. Estas señales podrían modificar los semáforos para abrir camino, y también indicarían a los vehículos autónomos dónde se encuentran exactamente y qué ruta planean hacer. De esta manera, el cerebro de IA tendría suficientes elementos de juicio como para tomar una buena decisión.
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