El pago móvil es algo que ya se puede hacer en muchos establecimientos, sobre todo en las grandes ciudades. Para que sea algo generalizado todavía queda mucho camino por recorrer, entre otras cosas porque existe mucha fragmentación en los sistemas de pago y este es un problema con difícil solución.

Cada compañía, cada sistema operativo y casi cada banco ofrece una solución de pago móvil. La tecnología NFC (Near Field Communication) es estándar y la comparten casi todos los smartphones nuevos. Esta tecnología consiste en un sistema de comunicaciones inalámbrico integrado en el terminal móvil que se comunica con un TPV a una distancia máxima de escasos centímetros, permitiendo realizar diversas operaciones (y entre ellas, el pago con el móvil).

Para la gestión de los pagos existen diferentes soluciones a través de aplicaciones específicas llamadas carteras virtuales. Estas aplicaciones funcionan almacenando la información de las tarjetas bancarias (débito o crédito), tarjetas de fidelización de empresas, abonos de transporte público y cualquier otra de que dispongamos. No todas las aplicaciones existentes son compatibles con todas las entidades financieras, pero cada banco ofrece su propia solución de cartera virtual.

La seguridad de los pagos móviles

Un sistema de cartera virtual para el pago móvil es, como mínimo, tan seguro como utilizar una tarjeta de crédito o de débito. Los sistemas de seguridad del móvil ayudan mucho en este sentido gracias a las claves de acceso y a métodos como el desbloqueo por huella dactilar, que permite identificar al usuario de forma cómoda y segura.

Para maximizar la seguridad en las transacciones de pagos móviles, la Oficina de Seguridad del Internauta nos ofrece unos consejos que reforzarán la seguridad del smartphone:

1. En primer lugar, mantén el smartphone actualizado con la última versión del sistema operativo, sobre todo para beneficiarte de las actualizaciones de seguridad.
2. Configura la aplicación correcta y completamente. Introduce todos los datos con precisión, asegúrate de no haber olvidado ninguno que pueda ser requerido para realizar los pagos, y sobre todo no te saltes pasos.
3. Activa la autenticación en dos pasos para acceder a la cartera virtual y realizar pagos o transferencias, o incluso para hacer simples consultas. Toda precaución es poca, y la autenticación de doble capa se ha revelado como una gran medida de seguridad.
4. Configura el bloqueo de la pantalla de tu smartphone a los pocos segundos de actividad. Esto es importante (y muchas personas no lo activan) porque evitarás que otras personas accedan a tu terminal al menor descuido. Estos bloqueos se desactivan típicamente mediante un código PIN, la huella digital, o mediante un patrón de desbloqueo.
5. Activa las notificaciones vía SMS para cualquier movimiento que se realice con cualquier tarjeta en la cartera virtual. Aunque es algo incómodo recibir la información cuando es uno mismo quien hace las transacciones, sirve como alerta inmediata ante un acceso no autorizado.
6. Para prevenir males mayores en el caso de que te roben el dispositivo, configura y activa las aplicaciones específicas para encontrar el dispositivo de manera remota (“Encuentra mi dispositivo” en Android, “Busca mi iPhone” en iOS). De esta manera no solo podrás saber dónde está tu dispositivo, sino que podrás eliminar la información sensible en remoto, además de que puedes bloquear por completo el dispositivo.
7. En el caso de Android, configura la cartera digital para que solicite permiso para activar el NFC cada vez que vayas a realizar un pago. De este modo tendrás el control total de las operaciones.

Como podemos imaginar, es bueno echar mano de todas las medidas de seguridad que tenemos contra el malware, además de utilizar contraseñas robustas y seguras y evitar la realización de operaciones a través de redes WiFi públicas. Como siempre, el sentido común debe prevalecer a la hora de utilizar las tecnologías de pago por NFC.